23. Pasión

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Xiao Zhan limpió la sangre del cuerpo del alfa. Después de que el líder del ejército hubiera aparecido en el momento justo la noche anterior,  Wang Yibo había sido sedado.

Tomó los paños y limpió  su cara cuidadosamente para después  cambiar su ropa. Muy a pesar del personal que trabajaba para el alfa y de que hubiera firmado el divorcio. Xiao quiso hacerlo por sí mismo, incluso si Wang era reacio a continuar con su matrimonio. Zhan sabía claramente... Que de todas las personas que conocía, Wang era quien mejor lo había tratado...

— Señor Xiao. ¿Nos deja revisar sus heridas? — La enfermera irrumpió.

— No es nada. — De nuevo se negó.

La enfermera pensó que el pelinegro era bastante obstinado, no se había separado del alfa ni un instante.

Wang Yibo, por su parte después de casi más de diez horas sentía su cuerpo pesado. Cuando el personal médico había salido hace un rato... El abrió los ojos para encontrarse con una habitación demasiado callada y un omega... El omega, con el que se había casado estaba acostado a su lado... En una camilla que habían dispuesto sosteniendo un libro y su mano. El alfa podía jurar que había escuchado la voz de Xiao leyéndole, pero no sabía si se trataba de una ilusión.

Levantó el libro con cuidado...

Teoría de la evolución de  alfa y omega.

Wang Yibo dejó el libro y estudió al pelinegro viendo el primer morado en la mandibula de este, y en seguida apretó su propia mandibula con enojo.

— Te dije que no lo lastimaras.

Estaba furioso, pero no con Xiao sino consigo mismo. Recordaba cada detalle, pero por mucho que se había obligado a alejarse del omega, recordó cómo se fue encima de el y entonces... El gemido de dolor de Xiao. El aroma del omega en alerta... Había estado a punto de lastimar  sus glandulas cuando abrió los ojos de par en par para decirle a Xiao que corriera. Que escapara de su alcance mientras podía.

Sin embargo, este omega terco se había quedado y había hecho frente a su lado cuando llegó el líder militar hasta este momento e incluso dormía con toda confianza a su lado.

El alfa apretó sus dientes con tanta fuerza que sus encías casi sangraron.

— Es mío. — Esa voz interna parecía retarlo.

— No lo es. Y lo dejaras ir. Nunca volverás a ponerle un dedo encima.

Wang estaba respirando de forma agitada en contraste con Xiao que estando a su lado estaba tan tranquilo durmiendo pacíficamente... El alfa decidió remover la camisa para ver que tanto daño había causado.

— Mn... — En seguida el omega se removió y se despertó en seguida.

Xiao abrió los ojos encontrándose con la mirada de Wang. En seguida sostuvo su cara. — ¿Estás bien? — Le preguntó al alfa.

Wang miró a este absurdo omega como si le hubiera preguntado la cosa más rara del mundo y entonces bufo. — ¿Te atreves a preguntarme si estoy bien aún después de lo que te hice? ¿Después de lo que viste?

El cuello del omega alrededor de su glandula estaba hinchado. Trató de cubrirlo en vano.

— No es nada.

— Eres absurdo, Xiao. ¿Ahora entiendes por qué separarnos es la mejor opción? No hay otro camino. ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no te fuiste cuando te dije?

Xiao no dejo de sostener su rostro como si no escuchara nada de lo que decía el alfa mirándolo detenidamente. 

— Aún no has tramitado la solicitud. Así que aún estamos casados. ¿A donde más debería estar sino con mi marido? 

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