iv

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   Quirón se hallaba enfrascado en una conversación con Quintus y Argos

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   Quirón se hallaba enfrascado en una conversación con Quintus y Argos. Daba la
impresión de que no estaban de acuerdo. El primero no paraba de mover la cabeza.

Al otro lado del ruedo, Tyson y los hermanos Stoll jugaban con unos carros de bronce en miniatura que el cíclope había fabricado con unos trozos viejos de armadura.

Percy de dar vueltas. Escruté a través de los campos la ventana del desván de la Casa Grande, donde no se veía ninguna luz ni el menor movimiento. ¿A qué se debía su tardanza?

Conociendo a Annabeth, probablemente estaba analizando cada palabra de la profecía.

—¡Querida niña! —dijo Quirón—. Lo has conseguido.

Annabeth llegó al ruedo, se sentó en un banco de piedra y miró el suelo.

—¿Y bien? —preguntó Quintus.

—He escuchado la profecía. Yo dirigiré la búsqueda para encontrar el taller de
Dédalo.

Nadie mostró la menor alegría. Es decir, Annabeth nos caía bien y queríamos que
le encargaran una búsqueda, pero aquélla parecía entrañar un peligro demencial.
Quirón arañó la arena con un casco.

—¿Qué dice exactamente la profecía, querida? Los términos precisos del Oráculo tienen mucha importancia.

Annabeth inspiró profundamente.

—Yo... Bueno, ha dicho: «Rebuscarás en la oscuridad del laberinto sin fin...»

Todos aguardamos.

—«El muerto, el traidor y el desaparecido se alzan.»

Grover pareció animarse.

—¡El desaparecido! ¡Ha de referirse a Pan! ¡Es genial!

—Con el muerto y el traidor —añadió Percy—. No tan genial.

—¿Y qué más? —dijo Quirón—. Cuéntanos el resto.

—«Te elevarás o caerás de la mano del rey de los fantasmas —añadió Annabeth —. El último refugio de la criatura de Atenea.»

Todos se miraron incómodos. Annabeth era hija de Atenea, y eso del «último refugio» no sonaba muy bien.

—Eh... no hemos de precipitarnos en sacar conclusiones —dijo Silena—. Annabeth no es la única criatura de Atenea, ¿no?

—¿Y quién puede ser el rey de los fantasmas? —preguntó Beckendorf.

Nadie respondió.

—¿Nada más? —dijo Quirón—. La profecía no parece completa.

Annabeth vaciló.

—No recuerdo exactamente.

Quirón arqueó una ceja. Mi amiga era bien conocida por su memoria. Nunca olvidaba lo que oía. Ahora se removió en el banco.

³CENTURIES (PJO&HP)Where stories live. Discover now