1. RETORNO

164 19 2
                                    

"Vuelves a mi
Porqué el asesino siempre vuelve
al lugar del crimen"

La luz blanca penetraba en sus ojos celestes un día más, molestando a las orbes y a la sensible piel quemada de este mismo.

Un toque de la puerta avisaba de que ya era hora de la pastilla recetada, viendo como un profesional del centro psiquiátrico, vestido totalmente de blanco con una bandeja en mano.

"Joder macho, de nuevo." Susurraba Gustabo para el mismo siguiendo con la mirada al desconocido hasta que este se agachó frente a él.

Abre la boca. — Habló finalmente el hombre de blanco, cogiendo la pastilla con sus manos tapadas por los guantes que coloreaban de azul su indumentaria.

García no tenía más remedio que obedecer, abrió la boca, nunca manteniendo contacto visual, retorciéndose levemente al sentir como el dedo y la pastilla presionaba ahora contra su lengua.

Traga y abre de nuevo la boca.— Volvió a comandar.

Una vez más, obedeció, el doctor después de asegurarse de que todo iba bien se levantó y se fue, dejándolo nuevamente a solas con sus pensamientos.

Una vez más, obedeció, el doctor después de asegurarse de que todo iba bien se levantó y se fue, dejándolo nuevamente a solas con sus pensamientos

Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou télécharger une autre image.

Las horas pasaban, torturando al rubio de lo lento que se movía el tiempo. Soportar el peso de la culpa que le comía por dentro y le pudría el pensamiento no era cosa fácil.

Es verdad que a costa de eso, se había dejado un poco. Con lo coqueto que era él... este mes aislado de todos y sin cuidado de nadie lo había desgastado físicamente.
Su pelo rubio ahora más cobrizo y ligeramente largo, donde esto le tapaba de vez en cuando los ojos, molestándole a la vista.
Mirándose en el espejo, se levantó la camisa, observando sus marcas y como ahora su cuerpo estaba igual de marchitado que su cabeza.

La observación fue interrumpida por agresivos golpes a la puerta, cosa que le sobresaltó e intentó volver a normalidad, comprobando el reloj y viendo que a esas horas realmente no había ningún control rutinario. Antes de poder rectificar su pose una figura conocida abrió la puerta y entró sin miedo.

El corazón del rubio se aceleró. Poco más, y se hubiera atragantado con su propia saliva. Inconscientemente su cuerpo rechazó a esa figura, retrocediendo su cuerpo y debilitando sus rodillas, sentándose en el suelo.

Nos volvemos a ver. — Anunció el pelinegro con su usual tono de voz grave y prominente, inundando la pequeña sala blanca.

Las palabras se atascaron en la garganta de Gustabo.

El mismísimo Jack Conway ha vuelto a él.

Él, volviendo a su mayor enemigo.

Se acercaba cada vez más, sin compasión ninguna ni alguna expresión facial de pena.
Este hoy no venía con el típico traje de siempre, sino una vestimenta negra, que complementaba con su aura misteriosa.

Ahora, Conway, delante del rubio, cual se encontraba sentado en el suelo con su figura en frente, quien le daba sombra de esa luz que ciega.

La tensión llenaba el cuarto, Gustabo sentía que el latido de su corazón sonaba en toda la muda sala y que este se daría cuenta, burlándose de él.

¿Te han dejado mudo o que coño te pasa?— Le dio otro golpe de realidad el superior.
Levántate.— Añadió.

García volvió a la realidad, haciendo contacto visual con Jack en todo momento. Se levantó débilmente y quedaron a pocos centímetros.

El rubio pudo oler su colonia y el aroma del cigarro que siempre le acompañaba, por alguna extraña razón, le echaba para atrás el hecho de no oler tan bien como siempre solía oler y que este lo notara.

¿Que hace aquí? — Finalmente abrió la boca Gustabo, mirándole cual ciervo a su depredador.

Un gruñido escapó de la boca del contrario.
Te voy a... — Miró a su alrededor, y después inspeccionó de nuevo al rubio de arriba a bajo.
Entrenar, como dios manda, no mejorarás nada drogándote como el loco que eres.— Soltó sin pelos en la lengua.

¿Tienes órdenes de 'ellos' para llevar a cabo esto conmigo?— Preguntó el rubio sin sacar sus orbes del contrario.

Negativo, esto queda entre nosotros, Gustabín.— Confesó Conway con un tono más tranquilo.

Esto erizó la piel del contrario.

No era consciente de lo que le esperaba en esos "entrenamientos"

No era consciente de lo que le esperaba en esos "entrenamientos"

Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou télécharger une autre image.

.
.
.
.
.

Gracias por leer! :)))

30 Entrenamientos. [INTENABO AU]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant