6. DEFENSAS

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"Te amo sin pensar...
Y es que el pensar me haría odiarte"
— Frida Kahlo

Un nuevo despertar, pero esta vez con una mucosidad en la nariz que le impedía respirar con normalidad, fijándose que había empapado levemente la incómoda almohada con sus babas, debido a que ahora tenía que respirar por la boca.

Entró el trabajador de cada día, fijándose que García estaba cayendo enfermo.

Es normal si te resfrías, las pastillas pueden hacer que tus defensas bajen.— dijo, no siendo la primera vez que García escucha esto. Seguidamente, hizo que ingiera esta pastilla como de costumbre, cosa que realmente no hacía pero de eso no tenía constancia el contrario.

Ya... las pastillas.— susurró jodido García, atrapando sus mocos en un agresivo surniar, haciendo que suba la mucosidad y no caiga hasta sus labios.

Vio como el superior le dejó un paquete de clínex junto al desayuno, abandonando la habitación.

Mira que lo sabía, que rabia.— Suspiró, cogiendo un clínex y sonándose, sacando varia de la mucosidad que tenía dentro. Esto sería algo que le echaría en cara a Jack si tuviera móvil, pero no es el caso, así que se limitó a tirar los papeles de sus bacterias por los suelos.

Se quedó en su cama, tratando de que el repentino resfriado pasara.

¿Realmente estaba tan débil como hacían ver?
¿O qué era exactamente lo que le debilitaba? Podrían ser las torturas de Jack, excusándose con que eran entrenamientos más que necesarios para convertirlo en un agente estrella.
Aunque también dicen que reprimir emociones te enferma el alma lentamente. Pero era Gustabo García: el no siente ni padece ¿Verdad?

Cayó la ansiada noche para el rubio, cual estuvo merodeando por todo el centro, encontrándose de nuevo al sujeto de ayer y compartiendo una que otra experiencia, ambos comenzaban a entenderse

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Cayó la ansiada noche para el rubio, cual estuvo merodeando por todo el centro, encontrándose de nuevo al sujeto de ayer y compartiendo una que otra experiencia, ambos comenzaban a entenderse.
Igualmente, a la hora de la revisión él estaba ahí para cumplir, cosa que el examinador entró y le regaló una muy buena noticia.

Como te queda solo este mes, Castro me ha avisado de que solo te daremos la pastilla de la mañana, así que solo me verás a esa hora.— Avisó el profesional, saliendo de la respectiva zona, dejando a García con una sonrisa tonta. ¿La primera idea que se le cruzó por la cabeza al rubio? Más tiempo con Conway, para entrenar, claro.

Esperó con una sonrisa tonta hasta que finalmente llegó el pelinegro, con el pelo ligeramente húmedo. La sonrisa contagiosa de Gustabo llegó al mayor, haciendo que este también pusiera una pequeña sonrisa en su cara, algo confundido por esto.

Vamos, tirando.— soltó Jack, abriéndole la puerta a García para que pudiera pasar. La cara del rubio cambió totalmente a una enfadada, recordando que el superintendente era el causante de su nueva enfermedad.

30 Entrenamientos. [INTENABO AU]Where stories live. Discover now