24. PEDIDA

109 17 7
                                    

"Que cosa más bonita es verte,
mientras me ves, viéndote a ti."
—Jose Urbano

Un chino se acercó a ellos, sin hablar, debido a que no se sabía comunicar en un idioma cual entendiese sus comensales.
Con una simple seña, les dirigió para su mesa, en el centro del restaurante, una luz cálida adornando la mesa y haciendo que ambas caras relucieran.

La pareja se sentó observando como el camarero abandonaba la zona después de haber dejado dos cartas encima de la mesa. Mientras los dos en silencio examinaban que pedirse de comer, un sonido proveniente de una botella de champagne siendo abierta les distrajo. García agradeció cuando el único camarero le servía, Conway simplemente observaba en detenimiento si todo el proceso lo realizaba profesionalmente.

Gustabín, ¿Qué te quieres pedir de comer? — Habló suave Jack, observando los cristalinos ojos del rubio, donde pequeños destellos brillaban en esa gran pupila.

—¿Tú no estás en la carta? — Bromeó de forma coqueta el menor, observándole mientras mordía levemente su labio inferior.

En la de postres, sí. — Continuó la broma, ambos ahora compartiendo una risa y volviendo a la carta.

—Un entrecot poco hecho estaría bien. — Finalmente se decidió el rubio, observando la aprobación de su amante.

Te parece si de entrantes pedimos...— Empezó a comentarle ideas de platos que sonaban deliciosos, cediendo a cada uno de ellos debido a que no comía en condiciones hace años.

Se lo pidieron al chino, señalándole en la carta lo que querían y finalmente recogió los menús y les dejó a solas.

—¿Cuánto se ha dejado en esto, Conway? — Preguntó Gustabo, algo avergonzado de que alguien se gastase suma cantidad en él. Posó su brazo en la mesa, reposando su mano en esta.

—¿Eso que importa? — Posó su brazo cerca del de su amado, posando su propia mano en la del contrario, acariciando la piel cálida que este poseía. —Lo que fuera para estar contigo a solas, a gusto. — continuó, mirándole de forma seductora y con ese tono de voz acaramelada. Jack se encontraba totalmente embobado por el ángel que tenía en frente.

Antes de que Gustabo pudiera coquetear de vuelta, el camarero interrumpió, poniendo los platos de entrante y provocando que el rubio comenzara a salivar.

Madre mía, como me voy a poner.— Susurró García, listo para devorar lo que tenía delante.

Madre mía...como te voy a poner yo a ti— Susurró el contrario de forma inaudible, mirando fijamente a Gustabo con la cabizbaja, lleno de deseo.

—¿Has dicho algo? — Apartó la vista de la comida y miró a Jack, este negaba con la cabeza.

No he dicho nada. — Mintió. —Que aproveche, Gustabín. — Bebió de su copa, brindando con su amante y comenzado a comer.

Charlaban tranquilamente mientras engullían la comida. Coqueteaban y compartían miradas lascivas. García jugueteaba con sus pies, acariciando la pierna de Conway con estos, provocándole tensión en el cuerpo.

Gustabo. — Voceó firmemente, cogiendo el pie que Gustabo había subido hasta su entrepierna, presionándole contra esta.

Quiero el postre ya. — García no estaba para lo romántico, ya quería lo suyo y sabía que lo conseguiría.

No seas ansia. — Le rellenó la copa de champagne, brindando nuevamente y bebiendo de la copa. — Se supone que te he traído aquí para una balada romántica. — Rió, dejando los cubiertos ahora en sus platos vacíos, viendo como el camarero recogía la mesa rápidamente y les traía otra botella de champagne.

30 Entrenamientos. [INTENABO AU]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant