10. CAPRICHO

127 22 4
                                    

"Sentí que me miraba con amor,
un amor que seguramente me inventé yo"
— Mario Benedetti

Maldiciendo sobre su suspiro, García se despertó, acicalándose rápidamente hasta donde su cuerpo le dejara, este lleno de moretones debido al fuerte entrenamiento de ayer donde Jack no tuvo compasión ninguna. Igualmente, esto parecía hacer disfrutar a ambos, aunque el cuerpo del rubio no estaba tan contento con ello.

Después de su rutinaria pastilla, se fue hacia el baño, aclarándose la cara y preparándose para la ducha, en un intento de sanar los moretones de su cuerpo. Él era consciente que ya había alguien duchándose en un cubículo, entonces se fue al más lejos posible, encendiendo el cabezal de la ducha después de haberse quitado la ropa y dejándola en una esquina.

Sintió unos grandes pinchazos al sentir el agua ardiente recorrer su cuerpo, recordatorio de no volver a vacilar de tal manera a su superior, pero ¿cómo evitarlo, si es su actividad favorita? Tenía tantas formas ya pensadas en putear a Conway, que era un desperdicio no hacerle uso después de tantos escenarios imaginarios inventados que quizás ni ocurran, parte de la cual el ojiazul se avergüenza levemente, debido a que no todos los escenarios tratan de vaciles, sino algo más carnal, algo más físico, algo más... íntimo.

La ducha inundada de vapor le estaba pasando una mala jugada, era demasiado tiempo en calor y a solas con sus pensamientos, que divagaban entre diversos temas, aunque para que mentirnos, el único tema del cual insistía su subconsciente era del mismísimo Jack Conway.

Imaginaba volver a tenerlo en su habitación, como ayer, con su escena de celos que tanto halagó a Gustabo, pero con un final diferente, tal vez algo más profundo, voluptuoso incluso.

Su mano libre limpiaba su cuello, recordando la mano del contrario que ya había posado en la misma zona. García bajaba, por sus clavículas, pecho, abdomen, imaginando que el que le está tocando no era el mismo haciendo el teatro del año, sino su compinche de delirio.

La respiración se le acortaba a medida de que el rubio iba bajando, lleno del éxtasis del placer, sintiendo una vena de adrenalina subir por su cuerpo a medida de que su extremidad llegaba a la parte que rogaba de atención. El vapor dándole un sudor extra y respiros más cortos, llenando sus pulmones del aire irrespirable. Acariciaba la glande de forma lenta, no se creía lo que estaba haciendo, pero era inevitable con esa imagen de Jack en la cabeza, con su voz que en un espejismo penetraba su tímpano.
Se mordió el labio al ver que estaba al borde de su acabada, torturándose y quitando la mano en un veloz inconsciente acto. No podía hacerlo.

Apagó la ducha y salió, tapándose lo antes posible y comprobando que no había nadie para delatarlo. Se tapó con su ropa sucia mientras iba lentamente a dejarla.

—¿¡Qué te ha pasado, tete!? — De repente se escuchó esa voz familiar tras de él. Se giró disimulando lo que sea que le pasara.

—¿Qué..? — Primero dudó, luego se dio cuenta que varias heridas estaban al descubierto. —¡Ah! ¡Por tu culpa! — Bromeó (de nuevo sus bromas no tan bromas).

Es coña, ¿no?

Claro, subnormal. Son entrenamientos chungos, pero nada terrible. — Relajó el rubio, peinándose el pelo mientras miraba de reojo a Gonzalo, cual estaba del mismo modo que él, recién salido de la ducha.

Pero eso ya es pasarse, ¿no?— Se siguió preocupando Navarro.

Ni te preocupes. Vístete y nos vemos donde siempre.— Se despidió con una palmada en el hombro desnudo del otro, quien correspondió rápidamente con una sonrisa.

30 Entrenamientos. [INTENABO AU]Onde histórias criam vida. Descubra agora