30 Entrenamientos. [INTENABO AU]

13. DUDAS

"No eran amantes, no eran novios
y tal vez no eran amigos.
Pero siempre fueron el uno del otro."
—Mario Benedetti

El dolor nada más despertar en la zona trasera de Gustabo delataba que, sin duda, la noche de ayer no se trataba de un sueño erótico más, sino que había pasado. Inconscientemente sonrió, incluso le dedicó una sonrisa al inspeccionador, este devolviéndosela, algo dudoso por ese buen humor.

Si el día anterior estaba 'empanado', hoy estaba más atento que nunca, teniendo cuidado con sus alrededores y dedicándole buenas caras a los demás.

Pero no todo era arcoíris y felicidad para García, comenzaron las preguntas, rodando por su cabeza miles. ¿Qué daño haría esto a su relación con Jack? Si es que siquiera se pudiera considerar esto tener cierta relación, cierta afinidad, aunque esta sea de entrenador-subordinado.

¿Cómo se debería comportar de ahora en adelante con él? ¿Seguirían haciendo esas salidas furtivas hasta que uno de los dos se cansaran? García estaba solo en su habitación, sentado en la cama y escribiendo dichas preguntas en un pequeño dietario. No encontraba respuesta, la felicidad con la que se había despertado poco a poco desaparecía, nublándola con preguntas.

Decidió dejar el dietario de lado, odiando sentirse de esta manera por alguien como Conway. Le tenía aprecio, sin duda, sino no se hubiera dejado ni siquiera humillar delante de él, dejarle ver sus partes más íntimas: y no tan solo físicas, sino emocionales, psicológicas.

Era obvio que Gustabo no sabía que es el amor, ni siquiera se veía capaz de amar. Como saber amar si solo has crecido con caos y destrucción, sin recibir ni siquiera una palabra de estima, solo comer mierda y aguantarte.

¿Y como saber amar a alguien tan complicado como Jack? Si este solo se dedica a dar de hostias al menor y luego ponerle contra un capó en medio de la noche, sin tener por en medio un "te quiero", solo un predominante deseo sexual.

Ya bastaba de pensar, se levantó y se dirigió a donde, ya por costumbre, se reunía con Gonzalo, este solo, leyendo una revista de forma aburrida.

—Heey.— Se pronunció Gustabo, poniéndose tras de él y golpeándole suavemente en el hombro.

—¡Coño! Que cara más brillante.— Respondió Navarro, girando la cabeza para poder observar esos ojos azules. Gustabo se sorprendió por ese comentario, rascando esa barba blanquecina dejada de forma nerviosa.

—¿Te has tomado la pastilla de hoy? Imaginas cosas ya. — Rió, desviando el tema de conversación, por si se le ocurría pronunciar el nombre de Conway.

Así siguió la charla, después de unas horas, anocheciendo. Se le llamó a Gonzalo, se ve que tenía una llamada telefónica de su esposa, cual tenía que atender sin falta.

—Te dejo Gus, hablamos mañana, descansa.— Sonrió el semirapado, levantándose y dirigiéndose hacia el teléfono pegado a la pared después de que García se despidiera, deseándole suerte.

Aún quedaba algunas horas para la llegada de su superior, encerrándose así nuevamente en su celda, volviendo a aquel deprimente diario.

Escribió pros y contras de Jack, como si fuera una niña con su primer 'crush'. Empezó escribir todo tipo de sentimientos, donde obviamente, el nombre de Conway salió varias veces. Parecía que este le había hecho un amarre, no salía de su cabeza. ¿Acaso quería una relación con ese hombre? Trato de responderla, pero solo surgieron más preguntas.