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VIERNES.

Henry Pope deja caer su cuerpo cansado y abatido de un día de trabajo en la silla. Mueve la cabeza en círculos, hace días que descansa mal. Ser alcaide de una prisión no es nada fácil. Delante de sus ojos tiene la ficha de Michael Scofield, lo ha hecho llamar hace un par de minutos. Tiene buenas noticias para él.

Llaman a la puerta, les autoriza a pasar. El guardia deja suelta a Michael y desaparece tras recibir la orden de Pope.

Bienvenido de nuevo, Michael

Hola

Bien... te preguntarás para qué te he hecho llamar

Sí... he hecho algo malo? —cogido a la silla con fuerza.

En absoluto, te portas muy bien asintiendo con la cabeza, conforme.

Michael traga saliva, que te avisen del despacho del director no es buena señal, o al menos no suele serlo. Pope camina y se sienta en la mesa, sin perder contacto visual con él.

Y por esa razón voy a darte la posibilidad de salir de aquí los fines de semana.

Parpadea varias veces, no se lo cree todavía. Pope se lo queda mirando, sonríe.

¿Lo dice en serio?

Totalmente. Hoy es viernes, y puedes salir.

¿Ahora mismo?

Asiente. El alcaide hace llamar a un guardia, este viene en pocos segundos, le ordena acompañarle hasta la celda y así cambiarse. Antes de salir del despacho, Michael se gira.

Muchas gracias

No me les des joven, suerte ahí fuera, y, sobre todo, recuerda que debes volver el domingo a primera hora.

Lo haré.

Sonríe y le da la mano torpemente. Sale, el guardia le coge del brazo y de mientras caminan hacia la celda, Michael piensa en donde ir y se le ocurre algo, va a ir a tomar algo al bar de la esquina, no ha sido nunca un chico de bares, ni de fiestas, pero le apetece, y quien sabe, quizá la ve a ella allí. Le gustaría conocerla más a fondo. El único plan que le está fallando es el no poder contener sus sentimientos hacia ella. Cada vez que la tiene cerca, este sitio le parece hasta bonito. Y no lo es, ha visto ya dos muertes, y tuvo un encontronazo con Abruzzi hace un par de días, del cual él fue el que peor salió. Pero gracias a ese encontronazo ha podido entrar en IP, a eso y a que la gente de Abruzzi busca a alguien que Michael sabe dónde está, pero que no se lo dirá hasta que salgan de Fox River.

***

Mientras espero a Rachel miro hacia el patio, está desierto. Si yo fuera la directora de este lugar dejaría a los presos libres por el patio también por la noche, ahora que viene el buen tiempo seguro que se tranquilizaban un poco, eso o se fugaban, yo es que soy demasiado buena...

Perdón por el retraso, ya estoy aquí, el cerrojo de mi consulta esta medio roto

¿Desde cuándo?

No sé, la verdad es que cuesta mucho cerrarla

¿Vamos a hablar de cerrojos? —con media sonrisa.

Ríe.

Oye nena, no voy a poder acompañarte, tengo que irme a casa de mi hermana rápidamente

¿Otra vez tus sobrinos?

Otra vez mis sobrinos —asiente. Eso sí, podemos pasarnos por el bar de Ryan.

BAJA INHIBICIÓN LATENTE // PRISON BREAKWhere stories live. Discover now