BAJA INHIBICIÓN LATENTE // PRISON BREAK

17.

Anoche me duche, me lave el pelo con un champú de lavanda que Nika me recomendó para las puntas abiertas y me puse la camiseta XL para dormir. Sali un momento al comedor para desearles a todos buenas noches, ni si quiera cene. A lo cual Michael me pego la bronca, y me dio la mitad de su sándwich. Después de decirle mil veces que no tenia hambre, se puso serio, y lo corto en dos.

Para esas horas Lincoln ya roncaba en el sofá, y Nika, sentada al otro extremo de la pequeña mesa de café del comedor, nos miraba. Bueno, desnudaba a Michael con la mirada, mejor dicho, él decía algo y ella suspiraba por lo bajini. Le di las gracias a Michael por haberme dado la mitad del sándwich, a lo que negó con la cabeza, despreocupado, y se levanto dejando el plato vacío en la cochambrosa cocina.

Tenia la esperanza de pasar una noche a solas con Michel, pero Nika estaba de por medio, y opte por decir que tenia sueño, y que me retiraba a dormir, Nika hizo lo mismo. Michael se quedo en el comedor junto al bello durmiente de Lincoln. Desconozco como durmió él, apretujado en el sofá, aunque para él, que había dormido en una celda durante semanas, quizá no era tan malo.

Yo pensaba que no, pero dormí mejor de lo que pensaba desde un principio. Hubiera preferido mi cama, claro, pero las cosas no están como para volver a mi apartamento, no por el momento.

Al principio me quede mirando el techo mientras Nika dormía plácidamente. Pensando. Y repensando. Y al final me quede dormida.

Parecía una princesa la muy condenada; tan acurrucadita, tan perfecta sin un mechón fuera de la coleta, ni una mancha, ni un grano... yo en cambio, al despertarme, fui al cuarto de baño, pues mi cuerpo es un reloj, y cuando dice que toca hacer pis, toca, da igual donde me encuentre, y al mirarme en el espejo me pase varios minutos mirándome, y haciendo una lista mental de mis defectos; mi melena estaba enredada (me la corte para que me fuera más fácil peinarme maldita sea!) tenía la cara grasienta (claro hace dos dias que no me hago la skincare) y los labios secos como el desierto del Sahara (cualquiera diría que no bebía agua desde mi graduación).

Y me puse manos a la obra, metí la mochila en el baño y me cambié de ropa, doblando el pijama para hacer sitio. Saque el vestido negro de volantes (otro más) con tirantes y me calce los botines. Me peine el pelo, y con una pequeña plancha que colgaba del reposa manos la enchufe a la corriente y me ondule rápidamente la media melena. Antes de salir de casa, deje preparado un pequeño neceser con compresas, medicación para esta, un pintalabios, un lápiz de ojos y rimmel casi seco.

Me disimule las ojeras con el poco corrector que quedaba en el botecito de emergencia, me pinte los labios con la barra de labios que según la marca era hidratante y me pinte la raya de los ojos, decorándome las pestañas con rimmel, tambien negro. No me maquillo nunca, pero cuando lo hago, da un cambio bastante a mejor.

Al salir del baño, Nika estaba ya vestida, iba con un chándal rosa de manga larga a juego. Ambas salimos de la habitación. Sentimos a Lincoln y a Michael hablar. Lincoln vestia igual que el otro dia, en cambio Michael se había cambiado la camisa, una azul con una corbata tambien azul a rayas, vestia igual que cuando nos reunimos dias atrás.

Nika nos dijo que nos acercaría hasta Utah, donde Michael tenía planeado alquilar un coche hasta llegar al ayuntamiento, donde debíamos buscar el mapa de la ciudad para saber dónde quedaba el rancho del que hablaba Charles Westmoreland y el club de fumadores al que pertenecía la llave dorada. Al principio Michael le dijo que no se molestara, que se quedara en casa pero quiso acercarnos igualmente, y nos dio un paquete de magdalenas para desayunar.

Salimos de su casa, Lincoln arrasando con la mitad del paquete, Michael comiéndose una y yo mirando al frente, deseando que hoy pudiera descubrir quien mato a mi padre, y terminar con todo esto de una vez, y obviamente, sin tener una pizca de hambre.