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Creo que el cansancio del fin de semana y del lunes y el martes a tope, se han aliado contra mí, pues hoy se me han pegado las sábanas, un poco más y no llego a la hora. Es miércoles. Ni si quiera me he tomado el café. Rachel me está esperando delante de la puerta, al parecer ella también ha llegado justa, respira cansada, como si de un maratón acabara de venir.

- También se te han pegado las sábanas?

- Mas o menos, ayer me quede en casa de Ryan a dormir, bueno, dormir... y por poco no llego.

- La relación avanza —sonrío.

Bosteza asintiendo con la cabeza. Ambas entramos en Fox River, y subimos las escaleras. Nos paramos en frente de la máquina del café.

- Si te soy sincera estoy un poco asustada...

- Asustada?

- Ya sabes como soy, comprometerme no es lo mío, no he tenido nunca una relación.

- Pero nunca es nunca?

- He tenido novios, claro, pero... no sé, me han durado dos semanas.

- Cuanto tiempo hace que conoces a Ryan?

La máquina saca dos cafés, ardiendo.

- Hace años, lo conocí cuando empecé a trabajar aquí. Antes de que llegaras tú incluso.

- Perdona por tanta pregunta, pero... sentías algo al principio?

- Sentir, sentir... me hacía gracia, y compañía, siempre me piropeaba, eso me hacía sentir bien, y hace un año, una noche, nos liemos, pero no lleguemos a más.

- Entonces ha sido este año.

Suspira dándole vueltas al palito de plástico.

- Estas asustada porque te gusta de verdad? O porque la cosa va muy rápido?

- No lo sé, supongo que cuando empiezas a enamorarte de alguien, sabes que puede hacerte daño en cualquier momento. Por eso siempre he preferido ir de flor en flor, sin sentimientos, para evitar que ocurra...

- No tiene por qué pasar nada malo Rachel.

- No me he quedado jamás a dormir en casa de mis ligues, de hecho era siempre al revés, siempre se quedaban ellos y adiós muy buenas, o ni eso. Los echaba de mi casa a patadas.

Cojo mi café, ya a temperatura ambiente. Ambas caminamos hacia nuestras consultas.

- Sabes que si algo va mal... puedes llamarme siempre que quieras. Ryan parece muy como tú, diría que sois tal para cual, pero nunca se sabe, a veces los polos apuestos se atraen.

- Eres un sol. Gracias.

Me abraza fuerte. Al final de pasillo, Lincoln Burrows, junto a uno de los guardias, se acercan. Lo llevan esposado, pero él parece tranquilo. Mira al suelo, pensativo.

- Oh, oh, ahí tienes a tu cuñado —susurra.

Junto los labios, tímida, ahogando una carcajada. El guardia, el cual no conozco, se para junto al marco de la puerta. Rachel tira el vaso de plástico del café, y el mío también. Es hora de empezar la jornada laboral.

- Oh por cierto —chasqueando los dedos. Después de comer vendrán a cambiar las cerraduras.

- Vale

BAJA INHIBICIÓN LATENTE // PRISON BREAKWhere stories live. Discover now