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Se que dije que no iría a mi casa, que sería peligroso, y bla bla, pero aquí estoy. He estado más de dos horas en el coche, de vez en cuando iba parando para mirarme el corte que me he hecho al saltar por la ventana del hotel, huyendo de ese loco de Paul Kellerman. El corte está bien, he conseguido parar el sangrado enrollando una venda alrededor, haciendo presión, pero al llegar a casa me lo he desinfectado como es debido. Y me he tomado un paracetamol, ya que me dolía bastante. Si en un par de días no empieza el proceso de cicatrización, iré al médico, aunque no me guste esa idea, leerán quien soy y... quizá me entregan a la policía.

Durante el trayecto hasta casa, mirando a cada momento a la carretera por si Paul Kellerman me seguía con el coche, he estado pensando en qué situación me encuentro actualmente: Me busca la policía por ser cómplice de una fuga, ya ves tú, por abrirle la puerta, que sí, que es grave, no digo yo que no, si hubiera sido otra persona, sí que estaría arrepentida. De hecho, si hubiera sido otro preso el que me lo hubiera pedido hubiera hablado con Henry Pope inmediatamente, pero no es el caso. Michael no merece estar en la cárcel, y Lincoln es inocente, y Paul Kellerman me lo ha dejado más que claro. Y también sé que la llave que tengo en mi poder (en mi bolso por ahora) es lo que quiere, él, o para quien demonios trabaje. ¿Por qué? No lo sé, eso es lo que tengo que descubrir ahora. Lo único que me preocupa es que, junto a Michael y Lincoln, iba T—Bag, ese sí que es un enfermo y un psicópata de verdad, y está libre.

Son las once de la noche, he comido muy poco, y ni si quiera he desayunado. Con los nervios se me cierra el estómago, pero, aunque no tenga hambre, he de cenar. Y cenar fuerte, no sé cuándo tendré que volver a salir corriendo, y para ello necesito energía.

Mientras hiervo pasta en una olla, enciendo la tele, con el volumen bajito, para compensar tanto silencio. Como era de esperar siguen hablando de la fuga, Haywire ha sido encontrado muerto en un descampado, al parecer se tiró de un edificio. Mató a sus padres. Tenía esquizofrenia, entre otras enfermedades. Morir tirándote al vacío debe de ser horrible, pero rápido. De los demás no se sabe nada.

El noticiario cambia de tema, y anuncia que la vicepresidenta Reynolds ya no es vicepresidenta: es la nueva presidenta de los estados unidos. Miles de personas alaban su nombre cuando sube al estrado. No entiendo de política, nunca me ha gustado.

Durante unos segundos me quedo mirando la pantalla del televisor. Esa señora es la supuesta hermana del hombre que se dice que mató Lincoln. En teoría Terrence Steadman murió hace un año, y ella ya se muestra así de sonriente? Es raro. Yo al menos cogería la baja por depresión. No tengo hermanos ni hermanas, pero lo haría, sería un palo demasiado duro. Y Caroline Reynolds no parece estar afectada, quien sabe, quizá es una de esas personas a las que se les da bien disimular el dolor, y lo maquillan con una sonrisa falsa, pero... no sé, veo algo raro en ella. Algo que no me convence.

Los espaguetis ya están, en cuanto me los coma, me daré una ducha y me iré a dormir. Ha sido un dia de locos. Me alegra poder dormir en mi cama y no en un hotel, pero no sé hasta cuando estaré a salvo aquí, por si acaso me hare una mochila grande por si tengo que salir corriendo, por si Michael se pone en contacto conmigo de nuevo.

***

AL DIA SIGUIENTE...

El timbre de la puerta me ha despertado, lo que ha provocado que saltara hasta la otra punta de la habitación, activándome la alerta. Me he puesto el batín (ese que uso para estar por casa, negro, finito, ahora que viene el buen tiempo) y he esperado que el cartero se fuera, para poder coger las cartas. Isabella Tancredi no está en casa. Debo hacerles pensar eso.

Se ha ido a los pocos segundos de haber metido las cartas por la rendija de mi puerta. No creo que haya sospechado que estaba. Sentada en el suelo, apoyando la espalda en la pared, he cogido el correo, no había nada interesante, hasta que he dado con la carta de Phineas Mcclintock. La nueva identidad de Michael.

BAJA INHIBICIÓN LATENTE // PRISON BREAKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora