Capítulo 6: LA DANZA DE LA CONFIANZA

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El sol comenzaba a descender en el horizonte de Drakoria, tiñendo el cielo de tonos carmesí y oro. Lyria, habiendo pasado el día aprendiendo las costumbres de los dragones, se encontraba ahora en un momento de reflexión.

Furybelly, aunque aún reservada, había mostrado a Lyria los rituales de los dragones, incluyendo la Danza del Fuego, una ceremonia de renovación y fuerza.

- “Es un baile que celebramos para honrar la vida y la magia que nos rodea,” explicó la dragona dorada.

Lyria observó con asombro cómo los dragones se elevaban en el aire, sus cuerpos entrelazándose en una coreografía de llamas y vuelo.

- “Es hermoso,” dijo, su voz llena de admiración.

Drakon se unió a ella, su mano encontrando la de ella.

- “Y ahora, tú también eres parte de esto,” dijo él.

La noche cayó por completo, y con ella, la Danza del Fuego alcanzó su clímax. Los dragones rugían y el cielo parecía responder con estrellas que parpadeaban al ritmo de la danza.

La noche en Drakoria se desvanecía, dando paso a los primeros destellos del amanecer. Lyria y Drakon, después de haber compartido un momento mágico bajo las estrellas, se preparaban para continuar su viaje de descubrimiento.

Furybelly, aunque aún cautelosa, había acordado mostrarles las Tierras Altas de Drakoria, donde los dragones más jóvenes aprendían a volar y controlar sus habilidades elementales.

- “Es importante que veas esto,” dijo Furybelly a Lyria. “Aquí es donde comienza la verdadera esencia de ser un dragón.”

Lyria observaba con asombro cómo los dragones juveniles se elevaban con torpeza, luego con gracia, mientras sus mayores les instruían con paciencia y sabiduría.

Drakon se acercó a Lyria.

- “Cada dragón aquí aprende que su fuerza viene no solo de su poder individual, sino también de su conexión con los demás y con el mundo que les rodea,” explicó.

Lyria asintió, comprendiendo la importancia de esa lección para su propia misión.

El cielo de Drakoria se iluminaba con los primeros rayos del sol, un espectáculo de luz que prometía un nuevo comienzo. Lyria y Drakon, acompañados por los jóvenes dragones, ascendían en espirales hacia el amanecer.

El viento era un cómplice juguetón en su danza aérea, cada corriente llevándolos más alto, más cerca de las promesas del cielo. Lyria, con el manto de los Guardianes de la Llama ondeando detrás de ella, sentía una libertad que nunca había conocido.

- “Mira,” dijo Drakon, señalando hacia el horizonte donde el cielo se encontraba con la tierra. “Ese es el futuro que podemos construir juntos.”

Lyria asintió, su corazón lleno de esperanza y determinación. Sabía que cada experiencia en Drakoria no solo la acercaba a Drakon, sino también a la posibilidad de unir dos mundos que alguna vez estuvieron en conflicto.

Con el sol ascendiendo en el horizonte, Lyria y Drakon contemplaban el vasto mundo humano que se extendía ante ellos. La luz del amanecer simbolizaba el comienzo de una nueva era, una era de entendimiento y unidad.

- “Es hora de compartir lo que hemos aprendido,” dijo Lyria, su voz llena de determinación.

Drakon asintió, su figura imponente y serena.

-  “Juntos, mostraremos que la coexistencia es posible, que la paz es el camino.”

Se dirigieron hacia el mundo humano, llevando consigo las lecciones de Drakoria: la importancia del respeto mutuo, la fuerza que se encuentra en la diversidad y la belleza de la colaboración.

EL VÍNCULO DE DRAKORIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora