EL VÍNCULO DE DRAKORIA

Capítulo 9: EL REY DE LAS SOMBRAS

La noche envolvía a Lyria en un manto de misterio y susurros ocultos. Cubierta por una manta, el frío de la oscuridad se veía interrumpido por una voz que flotaba en el aire, una advertencia que helaba el alma:

- “Lyria Clanshine, estás condenada. Él será tu perdición. Aléjate de los dragones o sufrirás las consecuencias.”

El corazón de Lyria latió con fuerza, la incertidumbre y el miedo se entrelazaron en su pecho. ¿Quién era esa voz? ¿Qué significaban esas palabras? La advertencia resonaba con un eco de verdades antiguas, y Lyria sabía que el amanecer traería consigo la necesidad de tomar decisiones que podrían cambiar su destino para siempre.

La noche se cerró a su alrededor, como un abrazo oscuro y amenazante. Lyria sintió el peso de las palabras en su corazón, la advertencia resonando como un eco siniestro.

- ¿Quién había hablado? ¿Qué significaba esa maldición?

Drakon, ajeno a la voz que había perturbado su momento con Lyria, la miró con preocupación.

-“¿Lyria? ¿Qué ocurre?”

Ella titubeó, luchando por encontrar las palabras adecuadas.

- “Drakon, hay algo que debes saber. Alguien me advirtió que estar contigo, con los dragones, me llevará a la perdición. Pero no puedo alejarme de ti. No quiero.”

Drakon la sostuvo con ternura.

- “Lyria, no importa lo que digan. Juntos enfrentaremos cualquier desafío. Pero primero, debemos descubrir quién pronunció esa maldición y por qué.”

La noche se volvió más densa, y Lyria supo que su destino estaba entrelazado con el de Drakon de una manera que trascendía las advertencias. El amanecer traería respuestas, y tal vez, una oportunidad para desafiar el destino mismo.

Al amanecer, con la luz del sol tiñendo el cielo de tonos rosados y dorados, Lyria se acercó a Drakon. La preocupación se reflejaba en su rostro mientras le decía:

- “Drakon, necesito volver a mi ciudad. Mi abuela… debo asegurarme de que esté bien.”

Drakon asintió, comprendiendo la importancia de la familia para Lyria.

-“Iré contigo,” respondió con determinación. “Juntos, nos aseguraremos de que tu abuela esté segura.”

Así, decidieron emprender un nuevo viaje, uno que los llevaría de vuelta a las raíces de Lyria y, tal vez, les daría pistas sobre la misteriosa advertencia que había recibido en la oscuridad de la noche.

Al llegar a la casa de su abuela, Lyria sintió un nudo en el estómago. La modesta vivienda, llena de recuerdos de su infancia, parecía esperarla con puertas abiertas. La figura de su abuela Evanore apareció en el umbral, su rostro surcado por las líneas del tiempo y los ojos llenos de una mezcla de alegría y preocupación.

- “Lyria, mi niña,” dijo la abuela, extendiendo sus brazos para un abrazo que contenía años de amor y cuidado. “Sabía que volverías.”

Drakon observaba desde un lado, respetando el reencuentro familiar. La abuela le dirigió una mirada llena de sabiduría y un asentimiento silencioso, como si reconociera la profundidad de su vínculo con Lyria.

En el calor del hogar, entre las paredes que habían visto crecer a Lyria, se preparaban para revelar secretos y verdades que podrían cambiarlo todo.

Mientras el fuego crepitaba en la chimenea, Lyria y Drakon se acomodaron en los cálidos sillones de la sala. Onyx, el gato de la abuela, se les unió, ronroneando y buscando caricias con su suave pelaje negro como la noche.