Capítulo 14: CORAZÓN DE FUEGO

7 0 0
                                    

Con la llegada del alba, el grupo se despertó con el sonido de la naturaleza que los rodeaba. El frío de la noche había cedido, y los primeros rayos de sol se filtraban por la entrada de la cueva, prometiendo un nuevo día de aventuras y desafíos. Lyria fue la primera en levantarse, estirando sus músculos adoloridos y ofreciendo una sonrisa a Drakon, que aún dormía a su lado. Sirius, que había pasado la noche en vela, observaba cómo Furybelly abría lentamente los ojos, su mirada reflejando una mezcla de gratitud y sorpresa al notar la manta extra que la cubría.

-“Gracias,” murmuró ella, su voz aún ronca por el sueño.

-“No hay de qué,” respondió Sirius con un gesto de cabeza, ocultando la preocupación que aún nublaba su mirada.

Se prepararon rápidamente, conscientes de que el tiempo era esencial. Tenían que alcanzar la  montañas Escarlata antes del anochecer si querían encontrar el Corazón de Fuego, la reliquia que podría cambiar el destino de Drakoria. Mientras recogían sus pertenencias y apagaban las últimas brasas del fuego, un sonido los alertó. Era un zumbido bajo, casi imperceptible, pero que iba en aumento.

-“¿Lo escuchan?” preguntó Lyria, su mano instintivamente buscando la empuñadura de su espada.

-“Sí,” asintió Drakon, “algo se acerca.”

Se puso en posición defensiva, listos para enfrentar lo que fuera que estuviera descendiendo por la montaña hacia ellos. De repente, una figura emergió de la luz del amanecer, una silueta que les era familiar. Era Alaric, el mensajero de Drakoria, con su capa ondeando detrás de él y su rostro marcado por la urgencia.

-“¡Alaric!” exclamó Lyria, bajando su espada.

Lyria conoció al mensajero en su primer viaje a Drakoria.

-“He venido tan rápido como pude,” dijo Alaric, recuperando el aliento. “Las noticias no son buenas. El enemigo ha descubierto nuestro plan y se dirige hacia la  cumbre de las montañas. Debemos movernos rápido si queremos llegar antes que ellos."

El grupo intercambió miradas de determinación. No había tiempo que perder. Con Alaric uniéndose a ellos, reanudaron su ascenso, ahora con un paso más apresurado y los corazones latiendo al ritmo de una carrera contra el tiempo. La Cumbre no era solo un lugar, sino un símbolo de todo lo que aún podían salvar.

Continuaron ascendiendo por las Montañas Escarlata, sus pasos resonando en la roca y la nieve. El viento soplaba con fuerza, llevándose sus palabras y dejando solo el crujido de sus botas y el latido de sus corazones. Alaric, con su capa ondeando, lideraba el camino, sus ojos fijos en el horizonte.

-“¿Cuánto tiempo nos queda?” -preguntó Lyria, luchando contra la pendiente.

“-No mucho,” respondió Alaric. “La Cumbre de la Esperanza está cerca, pero también lo está el enemigo. Debemos apresurarnos.”

Drakon miró a Furybelly, cuyas alas doradas se habían plegado contra su espalda. Ella asintió, su mirada determinada. Sirius, a su lado, mantenía su vigilancia constante, sus ojos escaneando el terreno en busca de cualquier amenaza.

A medida que avanzaban, la nieve se volvía más profunda, y cada paso se convertía en una lucha. Pero no había vuelta atrás. La Cumbre de la Esperanza era su única esperanza de detener la guerra que asolaba Drakoria y de encontrar el Corazón de Fuego, la reliquia que podría cambiar el destino de su mundo.

En la cima de la montaña, el aire se volvió más delgado, y sus pulmones trabajaron más para llenarse. Pero cuando finalmente llegaron, la vista los dejó sin aliento. Ante ellos se extendía un paisaje de picos nevados y valles profundos, bañados por la luz dorada del sol naciente. En el centro de la cumbre, una piedra antigua se alzaba, tallada con símbolos que parecían danzar con vida.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: May 19 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

EL VÍNCULO DE DRAKORIAWhere stories live. Discover now