Lilou Dupont

La castaña acababa de levantarse al escuchar las voces de Morhange y Corbin. Ambos parecían muy exaltados y se podía ver cómo Morhange le estaba recriminando algo a Corbin.

-¿Cómo se te ocurre robar 200.000 francos?- Preguntó Morhange al chico.

-¿Fuiste tú?- Se entrometió la chica, curiosa.

-Sí, pero yo tan solo quería comprar un globo aerostático para que pudiéramos salir de aquí- Respondió Corbin con la cabeza gacha.

Morhange y Lilou se miraron con cierta ternura antes las palabras del moreno.

-Venga Corbin, no pasa nada, no tenías malas intenciones, no eres una mala persona- Terminó de decirle Morhange.  Seguidamente, el rubio se acercó a él para darle un corto abrazo. Ambos abandonaron la habitación, no sin antes despedirse de Lilou.

Ella, rápidamente, abrió el baúl que había bajo su cama para sacar un cigarro y un mechero. Hoy no tenía prisa pues se había levantado bastante pronto. Mientras que fumaba sacó la ropa que hoy se pondría, aunque tampoco es que la chica tuviera mucha variedad para elegir.

Tiró la colilla del cigarro por la ventana y comenzó a vestirse. No tardó más de 10 minutos en estar completamente lista y salió de la habitación para dirigirse al comedor donde estaba teniendo lugar el desayuno que usualmente se saltaba, porque entre dormir y comer, ella prefería dormir.

Hizo un breve amago con su cabeza en modo de saludo a sus amigos y a su novio que se encontraban en la mesa que generalmente utilizaban. Se sentó junto a Morhange y cogió una tostada que untó en mermelada de arándanos.

Fue un desayuno muy agradable, todos charlaron amigablemente. La verdad, es que hacía tiempo que Lilou no se sentía tan feliz y cómoda. Le gustaba la simpleza del día a día. Las clases, el coro, las charlas nocturnas, las escapadas al bosque con Morhange... Sentía que no necesitaba nada más.

Terminaron de desayunar y se dirigieron a la primera clase de la mañana, la tenía con Mathieu, idea que los agradaba bastante, por lo que no se quejaron demasiado cuando la campana que iniciaba el inicio de las clases sonó.

Una vez allí, ya todos sentados en sus respectivos lugares, Mathieu avisó que les tenía que dar un anuncio importante.

Todos dejaron lo que estaban haciendo para prestarle atención al hombre.

-Chicos, el director Rachin se ausentará durante unos días porque tiene unos asuntos que atender en Lyon- Dijo.

Todos gritaron de la alegría y Mathieu simplemente sonrió, porque para él, la ausencia del director significaba clases de música diarias.

Y para los chicos significó poder tocar la libertad, aunque no por mucho tiempo.

𝓛𝓪 𝓝𝓾𝓲𝓽  (ᴘɪᴇʀʀᴇ ᴍᴏʀʜᴀɴɢᴇ)Where stories live. Discover now