A Través De La Poesía

42 (mi favorito)

"Fusión de almas"

En el instante en que nuestros labios se tocan, se desata una tormenta de fuego en nuestras almas. Un beso que es más que un roce, una fusión, donde dos seres se convierten en uno, sin fisuras. Besar con el alma, un acto de valentía, donde cada miedo se disuelve en la pasión. En ese beso, se siente la vida entera, cada alegría y cada dolor, en una explosión de amor.

"Oasis en el desierto"

Tus labios, un oasis en el desierto de mi existencia, cada beso, un sorbo de vida que me rescata del vacío. Amor cálido, dedos sencillos. La delicadeza de tus caricias precede la tempestad, y cuando me besas, es como si el tiempo se detuviera. Besar con el alma, un riesgo que tomamos, una promesa de eternidad. Besarte a ti, dulzura de lujuria en mi delicadez. En ese beso, se piensa en el ahora y el siempre, en la certeza de un amor que nunca se marchitará.

"Laberinto"

Me pierdo en el laberinto de tus sonrisas, las mil locuras de una vida, cada toque un camino que me lleva más profundo. La suavidad de tu piel es el mapa que sigo, hasta que tus labios me capturan, y me rindo. Besar con el alma, un encuentro de destinos, donde cada pensamiento se convierte en sensación, me emociona sentirte mío. En ese beso, se siente el universo entero, y nos encontramos en el centro, donde todo comenzó, y no pensar, terminarlo.

"Eclipse"

Como un eclipse, nuestros labios se alinean, oscureciendo todo lo demás, enfocando la luz. Un beso que es un choque de estrellas, un destino, donde cada latido es un eco de nuestro amor. Amarte a tí, un acto de fe ciega, donde cada duda se disipa en la certeza del otro. En ese estremecimiento, se siente el fin y el comienzo, y cada momento es un renacer, un volver a empezar, un ciego destino caminando por la niebla.

"Mar"

Navego en el mar de emociones que es tu presencia, cada ola, un preludio de la tormenta que se avecina, tu boca con la mía, al ritmo de la brisa. Tus manos, las velas que me guían hacia la tempestad, y en el ojo del huracán, nuestras zonas se encuentran. Calma, un desafío a la lógica, donde cada razón se ahoga en el mar del sentir. En ese portal, se siente la profundidad del océano, y nos sumergimos juntos, dispuestos a no volver, a llorar y renacer en las aguas. Para ser encontrados como un tesoro, una perla en una concha de nuestro mar, maldito, lleno de lágrimas entristecidas.