Capítulo 22

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Justo cuando levantó su pierna para patear la puerta, ya impaciente, está fue abierta generando que levantará su arma, disparando, aunque sabía que en el ángulo que lo había hecho no iba afectar a nadie, dejaba un claro mensaje. Escuchó el jadeo de terror del chico justo cuando intentó cerrar la puerta, pero la empujó con el pie, entrando.

Cuando se posicionó frente a él, vió lo pálido que estaba mirándolo a él y el orificio que había dejado. Parecía un cervatillo completamente congelado sin moverse ante la muerte instantánea que quería llevárselo.

—¡¿Qué mierda te pasa?! ¡Casi me matas! –exclamó el chico con histeria y rodó los ojos aburrido, últimamente las personas se asustaban con tanta facilidad y siendo un chico que trabajaba en el servicio secreto y fue policía, generaba un gran hastío. Esperaba acción, alguna pelea donde descargar los pesos de su duro día, pero aquel niño hasta una mosca lo puede lastimar, incluso a pesar de tener el cuerpo de un soldado.

—Solo fue un aviso, si te hubiera querido matar, lo hubiera hecho y ya, en vez de perder balas por ti –habló con voz pacífica Tarren mirándolo fijamente con su máscara que usaba cuando era mensajero de noche—. Mi presencia aquí es dejar una notificación de mi jefe, de que no te estés metiendo en no debes. El anterior a ti, no salió muy bien beneficiado. Aunque, pensándolo, tal vez la muerte sea una grandiosa ventaja para lo que se va a venir. Debería... –cargó su arma y lo miró con sus ojos salvajes y llenos de intenciones para nada buenas, pero una voz lo interrumpió.

Y el sonido de un arma igual.

—Si fuera tú, no lo hago. Baja tu arma, manos arriba y quítate la mascara. –escuchó detrás suyo y rió mientras reconocía la voz. Observó al chico que tenía al frente, que bajo la guardia y poco a poco recuperó el color de su cara.

Rodó los ojos sin poder con lo inútil que se veía. En serio los sentimientos eran demasiado patético para su mente, les parecía una pérdida de tiempo y una debilidad. No entendían el porqué las personas lo mostraban a viva voz, sin saber que con ello los llevaría a un sufrimiento interminable, que los mataría lentamente. A pesar de que tal vez en su otra vida fue así, agradecía no recordar alguna vez lo inservible que fue y lo inútil como quiénes mataba.

—Nos volvemos a ver, jefe Jefferson. Creía que después lo de su pierna, no se metería en lo que no le incumbe. Sabiendo lo que le advertí y que le pasó a Finn, aprendería a mantenerse quieto –se volteó bajando lentamente el arma, pateandola hacia el nombrado—. Veo que tu amante ya no te importa para estar en casa de otro hombre.

—Tú no sabes nada de mí y de Finn. No ensucies su nombre en vano y en tu maldita boca. Ahora quítate la máscara –bramó tenso apretando más el arma

—Oh, ¿Te vas a poner melancólico otra vez? ¿No vas a llorar o sí? Aunque, déjame decirte, mejoraste en gustos –ignoró sus palabras y sonrió de forma entretenida. Queria provocarlo, sacarlo de sus casillas, generar una distracción.

—Caden te está provocando, ignoralo. Mejor atrapemoslo, no puede huir ni ir a ninguna parte. –empezó a decir el chico detrás de su espalda, acercándose lentamente para agarrar una de sus manos para colocarlo detrás suyo. Se escuchó un ¡Aléjate, Archie! pero antes de que lo hiciera, agarró su muñeca y le dió la vuelta colocándolo en su pecho, con su brazo rodeándolo en su cuello, ahogandolo.

—Sueltalo o te disparo –amenazó más sombrío Caden, mientras Tarren fingía temblar del miedo.

—Uh, me asusté, creo que sí te lo devuelvo, Jeff –empujó con fuerza al chico contra el contrario haciendo que cayeran en una mesa de vidrio partiendola. Se movió agarrando su arma apuntandolos, y antes de hacer algún disparo, gritó del dolor cuando algo se clavó en su espalda, se volteó de inmediato con sus faccion contraídas del dolor, viendo una chica detrás suyo. Sintió una parte de él, erizarse ante el reconocimiento de verla alguna vez en su vida, pero en ese momento no estaba para recordar, hacer amigos o preguntas—. Eres una... –se sacó la navaja de su espalda y la tiró por allí para apuntarla pero una patada se la saco de su mano.

The Hidden TruthWhere stories live. Discover now