014. the princess and the queen

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CAPÍTULO CATORCE
la princesa y la reina

Con un chillido gutural y un estruendo de la tierra muy por debajo de ella, Silverwing salta hacia el borde de un acantilado

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Con un chillido gutural y un estruendo de la tierra muy por debajo de ella, Silverwing salta hacia el borde de un acantilado. El aleteo de sus alas  llevan hacia arriba y hacia arriba a la reina Visenya quien extendió los brazos para sentir el aire corriendo entre sus dedos mientras gritaba a todo pulmón extasiada. Su pelo estaba  trenzado en una apretada trenza  qué llegaba hasta su cintura, algunos cabellos rebeldes revoloteaban habiéndose liberado de aquel peinado, la corriente de aire era fuerte y la mujer había dado unas cuantas piruetas a lomos de su dragona, tener aquella confianza como para poner su vida en peligro por dar algunas maromas en el cielo encima de aquel animal solo dejaba en claro la confianza y conexión qué había entre ambas. Visenya amaba la adrenalina, esa sensación de que su  barriga se hundía, esa emoción; amaba volar, nada podía  atenuar su alegría cada que estaba cerca de la nubes. Le recordaba que estaba viva. La hacía sentir plenamente libre.

Regreso a el Red Keep luego de algunas horas de vuelo, se alejó lo suficiente de la capital y en su regreso dio unas vueltas por todo King’s Landing, la gente veía hacia arriba mientras ella se paseaba en su dragón hasta que fue al Dragonpit, ser Criston Cole estaba  afuera del recinto en donde los grandes dragones eran resguardado, el hombre le sonreía  esperándola para regresar  al castillo.

“¿Los niños?” ella cuestionó al subirse con agilidad en su yegua blanca, un regalo de su verdadero marido.

“Daeron y Aemond estuvieron hace unos minutos en el Dragonpit con los hijos de la princesa, se fueron antes de su regreso, las niñas estaban con lady Alicent y sus hijas bordando y Aegon ha estado en sus lecciones todo el día” el caballero comentó.

Visenya sonrió a medias y asintió dio riendas a su yegua la cual inmediatamente empezó correr, siendo seguida inmediatamente por el caballero.

Visenya vestía pantalones de cuero marrón con un saco rojo, para su propia comodidad mientras montaba, camino siendo seguida por aquel caballero quien se despidió anunciando qué debía prepararse para cuando los niños llegarán entrenar. Visenya resopló y subió las escaleras con agilidad deseosa de ir a sus aposentos y tomar un baño. El revuelo en el castillo era claro, la gente estaba alocada moviéndose de un lado a otro lo cual la llenó de curiosidad y quiso saber el porqué de tanto caos, una cortesana le comentó que el bebé de la princesa heredada  había nacido finalmente. Inmediatamente Visenya perdió el interés de lo que ocurría y se fue a sus aposentos con pasos claramente molestos.

Al llegar a su habitación quiso ordenar qué se le preparara un baño caliente para relajarse y perder el disgusto de aquella noticia sin embargo se encontró con sus tres de sus hijos  sentados en el suelo de sus aposentos. Helaena jugaba con un ciempiés a su lado estaba Alyx tan callado como siempre jugando con mariquita  y Baela quien tenía una mueca de claro disgusto viendo a aquellos  animal entre los dedos de sus hermanos  “Pensé que estaban con Alicent” Visenya murmuró acercándose a ellas y agachándose delante de ellas.

𝐓𝐇𝐄 𝐀𝐑𝐂𝐇𝐄𝐑 - daemon targaryen Where stories live. Discover now