Capítulo Uno: El cambio.

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Miami, Casa Jauregui; Martes 15:30.

-No puede ser- logra murmurar.

La cabeza le cae pesadamente sobre las manos y el temblor del movimiento logra sacudir el vaso de agua que esta sobre la mesa y derramar unas gotas. La señora de limpieza aparece rápidamente para limpiar la salpicadura.

- ¿Cómo pasó esto?- susurra.

Clara, quien siente que está a punto de quebrarse en frente de toda su familia, se levanta del asiento y escapa rápidamente al exterior. Siente el peso del mundo entero sobre los hombros y sabe que sus piernas tarde o temprano cederán.

-No... Yo solo no entiendo. ¿Qué es todo esto? ¿Lauren, que pasó? ¿Qué hiciste?- la menor de los hermanos hace presente su voz.
-Taylor, silencio- ordena su padre. -No es momento de reclamar. Ya todo esta hecho-
-Papá... Papá... Tay... Lo siento mucho- murmura. -No quería involucrarlos-
-No hables, Lauren. Tómate las píldoras y sube a tu habitación-

Lauren voltea para volver a ver a su madre, parada en a puerta de entrada de la cocina esta vez. Esta seria, fría, y la siente distante. ¿Pero qué más podía esperar? La había jodido, la había jodido de verdad esta vez.

Miles de respuestas cruzan su mente. Miles de respuestas que harían callar a su madre, y ambas lo saben. Pero Lauren solo se mete ambas pastillas en la boca con una temblorosa mano, y tras empujarlas por su garganta con un poco de agua, intenta ponerse de pie. Al ver el fracaso de su hermana, Chris la ayuda a subir hasta su habitación.

Cocina de la casa Jauregui.

- ¿Cómo se llama este lugar? ¿Y que se supone que significa "ningún contacto"?-
-Mike, es justamente eso. No podrán comunicarse con Lauren más de una vez por semana, mediante una sola carta. Esto será todos los miércoles, es el único día que la oficina de correos de Castle Combe abre- suspira. -Lauren también podrá escribirles una carta cada miércoles, pero eso e todo. No tendrá acceso a su teléfono celular, aunque puede que sea posible, no lo sé, tal vez pueda convencerlos de que Lauren pueda llamarlos una vez cada dos sábados-
-Eso no suena para nada alentador. ¿Acaso se va a un internado? Esto es ridículo- Taylor volvía a hacerse notar. -¿Y dónde demonios se supone que este lugar queda?-
-Wiltshire... Inglaterra-

Las reacciones generales se hicieron escuchar. Clara no podía despegarse de Mike, apretando su camisa entre los dedos, intentando más que nunca no llorar. Por otro lado, Taylor lloraba lo más ruidosamente posible, abrazada a un recién llegado Chris.

- ¿Inglaterra? ¿Lauren va a irse a Inglaterra?- murmura estupefacto el chico.
-Es la posibilidad más... Es la mejor que pude arreglarles. Lo siento mucho- suspira.
- ¿Y dices que Lauren no sabe nada de esto?- pregunta Mike.
-Lauren sabe... Sabe que tendrá que irse. No a dónde, ni por cuánto, ni que estará... Aislada completamente.- Miles cruza los brazos sobre el pecho. -No sé si prefieren decírselos ustedes... O tal vez prefieren que yo lo haga.-

Clara mira a Mike. Éste nota lo indefensa y débil que su mujer se ve ahora mismo. Esta a punto de perder a su hija por un tiempo. Un largo tiempo, según tienen entendido. Y entiende a Clara, entiende su dolor en ese momento.

-Yo... Yo no sé si... No seré capaz. Sueles pasar más tiempo con ella últimamente, creo que sería conveniente que...- susurra.
-Entiendo.- asiente Miles.
- ¡Pero, papá! ¡No puedes dejar que pase esto, no se pueden llevar a mi hermana!-
-Miles, sube y habla con Lauren. Ve ahora- ordena Clara, enderezando su postura. -Taylor, siéntate y sin palabras. No es un buen día, y es mejor estar callados.-
-No intentes callarnos en este momento- gruñe el Chris, quien había permanecido sin palabras. -Vamos a mi habitación, TayTay. Vamos, todo estará bien- le murmura a su hermana.

Photograph || Camren.Where stories live. Discover now