Capítulo Veintidós: El final.

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"Esta hecha un manojo de nervios con las emociones a flor de piel."

"Esta estresada, necesita descansar."

"¿Acaso Lauren sufrió un pico de estrés?"

"Un ataque de nervios, definitivamente fue eso."

"Todos esperamos que haya un muy buen motivo para semejante desastre."

"Yo creo que fue irrespetuoso de cierto modo."

Ya no quiere seguir viendo la televisión, ya no quiere seguir con el zapping. Todos los canales opinaban de lo mismo, claro. Ella. Ella y su ataque de pánico. Ella, en un evento publico de caridad, gritando a todo pulmón el nombre de una mujer. Ella, al punto de perder la conciencia por la histeria y el llanto. Eso había sido un desastre de proporciones catastróficas.

Sube sus piernas al sofá y las pega a su pecho, abrazándolas, mientras deja el televisor en algún canal de dibujos animados. Cierra los ojos y, como la masoquista emocional que sabe que es, recuerda lo que había pasado hacía dos noches atrás.

Todo iba bien, la gente la saludaba y la felicitaba por su pronta "recuperación". Había sido invitada a un evento de caridad del que no estaba muy segura a qué fundación estaba destinado, pero la disquera había insistido en que vaya y muestre lo feliz y radiante que estaba. Si, claro.

Todo iba bien, había tomado asiento en la quinta fila y estaba disfrutando de los shows de esa noche, pero claro, todo tenía que irse por la borda. Todo se tornó feo en cuanto una mujer de unos cincuenta y tantos subió al escenario y la canción que le colocaron de fondo a su muy emotivo discurso, había sido Todo de mi, de John Legend. Apenas reconoció la canción, los recuerdos de Camila se agolparon en su cabeza y su pulso se aceleró. Rápidamente, el discurso de la mujer, quedó en segundo plano. Todo quedó en segundo plano.

"Dame todo de ti" pero Camila no había aceptado.

"Te daré todo de mi" y vaya que quería hacerlo.

"Las cartas están sobre la mesa" ella las había puesto todas.

"Aunque es duro, lo estamos arriesgando todo" pero no, solo ella lo estaba haciendo.

Y había perdido...

Miles, quien estaba sentado a su lado como su "pareja" esa noche, sintió a su compañera estremecerse y volteó la vista hacia ella. Una suplicante y dañaba ojiverde lo miraba con las lágrimas a punto de caer por sus mejillas. El castaño acarició su mano y le murmuró que lo siguiera.

Tardaron lo que pareció una eternidad, pero Lauren consiguió calmarse y ambos volvieron a sus asientos, junto a tiempo para ver el video de dedicatoria a todos aquellos famosos y reconocidos que habían colaborado con la fundación en ese año.

Y ese fue su segundo golpe; No me rendiré, de Jason Mraz.

Apretó los dientes hasta que le dolieron y se llevó una mano a la boca, ahogando un sollozo. Intento elevar la vista al video y concentrarse, pero todo, a excepción de una bonita morena y la estúpida canción, volvía a estar en segundo plano.

"No me daré por vencido sobre nosotros, incluso si el cielo se pone tormentosos" ni si quiera eso impediría que esté para ella.

"Te daré todo mi amor" lo haría toda la vida.

"No quiero ser alguien que se larga tan fácilmente" pero lo había hecho, a la primera, y tal vez, solo tal vez, por eso Camila la había dejado.

Hundió su cara entre ambas manos y rompió en llanto. Claro y fuerte, y a los pocos segundos, tenía la atención de varias personas sobre ella. Y todo había empeorado cuando el video había dado paso a la siguiente canción; Fotografía, de Ed Sheeran.

Ese había sido su punto límite.

Por más que se forzara a recordar, después de ese momento, su mente se torna borrosa. Miles le contó todo con lujo de detalle a pedido suyo y hasta lo había visto en algunos videos de YouTube, pero no había nada de eso que pasara como un recuerdo por su memoria.

Traga saliva y aprieta levemente la mandíbula, soltando sus piernas y pasándose ambas manos por la cara. A los pocos segundos, se recuesta en el sofá; esa ha sido su posición desde que ha regresado de Londres hace una semana.

Una semana... ¿Contará los días ella también?

Una cabellera castaña y peinada con gel aparece en su campo de visión, junto con unos fríos ojos azules que se suavizan al verla. Miles ha sido su compañía durante este tiempo, no se ha alejado de ella, e incluso ha estado durmiendo en la habitación de Lauren, ya que la ojiverde no ha querido moverse del sofá.

-Hey, ojitos tristes- le sonríe con melancolía.
-Hey- susurra y su voz raspa.
-Hazte a un lado, vamos- la empuja cariñosamente.

La ojiverde se sienta en el sofá hasta que Miles se acomoda en una posición que le resulta cómoda. Solo entonces Lauren nota la manta que trae. Le da una sonrisa en la que una pizca de ternura se ve y se acomoda para que su cabeza quede sobre el muslo del hombre, quien se encarga -con un poco de ayuda de la chica- de taparla.

-Tu perfume es asqueroso, Miles- se queja, frunciendo la nariz.
-Cierra la boca, Lauren- ríe el castaño. -Vuelve locas a las chicas-
- ¿En qué planeta?- bromea, ganándose un par de toques del mayor en sus costillas, provocándole cosquillas.

Miles desliza sus dedos por el cabello de la ojiverde y ésta cierra los ojos ante el efecto relajante. El castaño la observa detenidamente; se ve tan indefensa en ese momento. Suelta un suspiro disimulado y deja caer su cabeza contra el respaldo del sofá, sin dejar de mover sus dedos por el cabello de Lauren, metiéndose entre sus pensamientos. No pasa mucho antes de que Lauren caiga rendida ante el sueño. Miles consigue -tras muchísimos intentos- cargar a la chica escaleras arriba hasta su habitación sin irrumpir su sueño. La acomoda en la cama y se encarga de acobijarla, a pesar del calor que hace afuera.

-Descansa, ojitos tristes- susurra al aire, antes de besar su frente.

La puerta se cierra detrás del castaño y Lauren abre los ojos, fijando la vista en la pared. Su habitación esta fría y es raro volver a estar en su cama, la cual ahora tiene el perfume de Miles por todos lados. Sonríe mientras arruga la nariz. Bueno, lo que se puede considerar una media sonrisa.

¿Qué se supone que debes hacer cuanto todo va mal? ¿Cuándo te sientes tan hundida, tan abajo? ¿Cuál es la solución a ese malestar? La mejor solución sería empezar de cero, intentar olvidar todo, deja el pasado ahí; atrás. Pero, ¿Por dónde empezar? ¿Y cómo?

Tal vez debe empezar con su pasión, enfocarse en la música.

Tal vez debe empezar aceptando que todo ha termino.

Tal vez debe empezar intentando entender a Camila.

Tal vez debe empezar por intentar no extrañarla.

Tal vez, debería empezar por dejar de amarla...

Tal vez, lo primero que debe hacer, es aceptar que éste es el final.

-Adiós, Camzi- murmura, cerrando los ojos.


Photograph || Camren.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن