Capítulo 5

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Capítulo cinco

La respiración de Aria quedó atorrada en su garganta. Podía escuchar a su corazón latiendo frenéticamente en su pecho.

Incluso por un momento pensó que llegaría al nivel de perder la conciencia, pero el pensamiento de estar inconsciente en una habitación a oscuras junto con un vampiro no era algo que ella quisiera hacer alguna vez.

-- Cálmate -- Dijo de pronto una voz, ya no había nadie lo suficientemente cerca como para que sintiera su respiración, lo que hizo que ella soltara un pequeño suspiro cargado de alivio, pero ahora sabía que definitivamente había alguien con ella en la habitación.

Aria se preguntó si debía gritar, nadie iría en su ayuda en un castillo con solo vampiros, pero de cualquier manera, ¿A caso qué perdía con eso?

Así que gritó.

Gritó lo más fuerte que su cuerpo permitió. A penas se tomaba unos segundos para tomar un poco de aire y seguir gritando con igual fuerza.

Pero no pudo hacer su escena durante más de unos pocos segundos antes de que la luz de la habitación fuera encendida y después de tan solo un segundo una mano estaba tapando la mitad de la cara de Aria, incluida su boca.

Ella se sorprendió por la gentileza con la que la persona que la estaba callando la sostenía, el agarre no era duro y mucho menos doloroso, solo era apenas lo suficientemente fuerte como para evitar que pudiera seguir gritando.

Pero no podía dejar de inquietarle que todavía no había visto el rostro de la otra persona que se encontraba en la habitación, estaba siendo sujetada desde la parte de atrás, ¿Por qué esa persona no quería mostrar su rostro?

Al final, ¿Qué daño podía hacer eso? Ella solo era una muchacha que con suerte podía hacer diez abdominales seguidos sin estar bañada en sudor.

Ella no podría ver siquiera el rostro de quien sería su asesino, ¿No era lo mínimo que él podía hacer él por ella mostrar su rostro? ¿Él estaba a punto de secarla desde dentro hacia fuera? ¿Eso sería lo que él haría?

Si él pensaba morderla para tomar su sangre, ¿Por qué ella no podía hacer lo mismo? Al final eso sería lo justo.

Así que Aria tomando aire en un movimiento rápido agarró desprevenido al vampiro y mordió su mano con toda la fuerza de sus mandíbulas.

¿Qué tan irónico es morder a un vampiro?

Al menos esperaba que alguien más se enterara de eso, podría ser contado como una anécdota de una adolescente muerta.

--¡Ay! -- Exclamó la voz detrás de ella, inmediatamente el agarre sobre ella se aflojó de tal manera de que ella pudo dar un paso lejos de él y voltear para enfrentarle -- ¿A caso me acabas de morder?

Aria demoró un segundo en responder. El chico que se encontraba frente a sus ojos era el príncipe de esa especie infernal, el mismo que había visto cuando había sido juzgada. Los ojos extremadamente rojos delataban su familia.

-- ¡Para que veas como se siente! -- Gritó ella sin saber exactamente la respuesta más inteligente que podía dar a esa pregunta.

-- ¿A caso alguna vez alguien te ha mordido? -- Preguntó el muchacho. Su mano tenía solo un pequeño rastro de sangre, pero había curado por completo y no había señales de que alguna vez una herida se situara ahí.

-- No... -- Comencé a hablar. Estaba segura que no contaba hablar de cuando un perro o un niño pequeño te mordía.

Él dio un paso en su dirección con confianza pero se detuvo de golpe apenas vio que la joven frente a él dio de inmediato un paso atrás y su corazón se aceleraba. Pudo ver con claridad que ella estaba extremadamente asustada de él.

-- Yo no te voy a hacer daño, ¿Lo sabes no? -- Dijo él mientras que fruncía el ceño -- Me llamo Evans.

No obtuvo respuesta de parte de la muchacha. Ella se quedó en un completo silencio. No quería responder a eso, ¿Por qué no podía simplemente acabar con eso? Quería poder enviar mentalmente su última despedida a sus padres y a todas las personas que ella amaba.

-- Sabes linda, estoy esperando que te presentes -- Comentó él después de unos minutos de silencio incómodo y tenso -- Porque yo sé que tu nombre no es Hannah como le has dicho a todos, ustedes nunca usan sus nombres reales acá.

-- Me llamo Elisa -- Respondió Aria con una sonrisa, estaba intentado de que su mentira pasara desapercibida pero al parecer su plan no funcionó como ella había estado planeando.

-- No te llamas Elisa -- Habló el muchacho cruzándose de brazos -- Si no me dices tu nombre real encontraré la manera de averiguarlo, entonces ¿Esto va a ser por las buenas o por las malas?

-- Me llamo Aria -- Respondió ella con un suspiro de derrota. No pensaba averiguar cuáles eran las maneras de un vampiro de sacar información a la fuerza. Estaba segura que habían cientos de chicas que también se llamaban Aria en el mundo, y por su nombre no podrían llegar a su familia. No habían riesgos reales, ¿No?

¿Por qué lo vampiros eran tan lentos para llegar a un punto? Ella pensó que probablemente sería porque tenían toda la eternidad para decir algo, en cambio los humanos eran precisos por sus cortas vidas en las que no hay tiempo para desperdiciar.

No era lo suficientemente valiente como para atreverse a preguntar cuando sería que la mataría ni la manera, la confianza que siempre parecía acompañarla sorprendentemente si tiene límites, y este se encontraba justo en esa pregunta.

-- Tienes un lindo nombre -- Respondió Evans con una pequeña sonrisa en su rostro -- ¿Quieres algo de comer?

-- No -- Respondió secamente la muchacha mientras que respiraba profundamente. En ese momento se terminaba el juego. Esperaba que el oxígeno que llegaba a sus pulmones estuviera acompañado de valentía y confianza, dos cosas que en ese momento necesitaba -- ¿Entonces qué es lo que quieres de mí? Porque según lo que tengo entendido a esta hora ya debería estar muerta, ¿A qué están jugando ustedes?

-- No estamos jugando a nada -- Respondió el muchacho como si lo que ella dijo no fuera nada extraño o fuera de lo normal, y en el fondo para él no lo era, había estado esperando el momento en el que ella al fin preguntara algo -- Y tú no vas a morir, no por lo menos en las manos mías o de alguien de nuestra especie.

-- ¿Entonces qué es lo que está pasando? -- Preguntó la muchacha con sus brazos cruzados en su pecho.

-- El príncipe ha encontrado a su alma, cariño. He escuchado que cuando eso pasa las cosas suelen volverse un poco interesantes...


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-Valerie

Sangre Pura #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora