Capítulo 11

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Capítulo once

Aria no sabía a quién se refería Hope cuando decía él, y tampoco le importaba. Al comienzo había pensado que se trataba de ese vampiro en ese juicio, pero había estado equivocada.

Cuando un vehículo se estacionó frente a ellas, Aria todavía no sabía quién o quienes saldría de ahí, pero estaba decidida a mantener su cabeza en alto.

Hope estaba junto a ella observando con atención el vehículo. Ella se atrevía a predecir que comenzaría un gran espectáculo en solo unos segundos.

Así que después de detenerse el vehículo la puerta del pasajero se abrió para revelar a una persona que nunca pasó por la menta de Aria, aunque inconscientemente había pensado unas pocas veces en él: Evans estaba ahí.

Aria tuvo que esforzarse para que la sonrisa sarcástica - que era por completo falsa - no desapareciera de sus labios. También se aseguró de mantener su corazón a un ritmo normal para que nadie pudiera notar lo alterada que en verdad se encontraba.

Pero Evans podía ver a través de lo que ella había intentado construir, irónico, ¿No? Esa era la primera vez que la falsa confianza de la chica no funcionaba con alguien.

Evans podía ver que Aria se esforzaba para no dar un paso atrás a medida que él se acercaba a ella, sus brazos estaban cruzados para intentar controlar un pequeño temblor. Pero él lo había notado.

Ella estaba asustada. Pero él estaba molesto.

Veía a Aria como solo una niña pequeña, ella era por bastantes centímetros mas baja que ella y que Hope, sus ojos de color gris verdoso eran muy únicos y diferentes a los de color rojo a los que ellos estaban acostumbrados.

Aria era hermosa. Pero no de la misma manera de lo que era Hope o el resto de las vampiresas de su mundo, todas ellas compartían el mismo tipo de belleza elegante. Aunque estuvieran vestidas con jeans parecían formales.

En cambio Aria superaba por poco el metro y medio de altura, su piel era clara aunque en algunas zonas estaba bronceada y tenía algunas marcas de donde la ropa iba puesta, sus ojos brillaban con una llama difícil de describir. La belleza en Aria podía ser llamada inocencia.

Aunque creía saber mucho acerca del mundo en el que vivía todos a su alrededor podían darse cuenta que eso no era cierto. Hope sabía que si ella no fuera inocente e ingenua nunca hubiera accedido a seguir a una extraña a ciegas.

No pudo evitar preguntarse que hubiera sucedido si en vez de ella otro de los vampiros que estaban en su búsqueda hubieran dado con ella, Hope había intentado que no se diera cuenta de lo que era para no alterarla pero finalmente terminó siendo descubierta. Pero en cambio si otro la hubiera encontrado no se hubieran molestado en intentar que Aria se encontrara cómoda.

Evans caminó hasta encontrarse frente a la muchacha. Sus cuerpos se encontraban a solo unos centímetros de distancia y Aria tenía la barbilla levantada para poder mantener contacto visual con el vampiro.

Evans sin decir una sola palabra tomó con fuerza moderada la parte superior de su brazo y la jaló con fuerza en dirección al automóvil. Aria durante los primeros pasos no luchó, pero entonces se dio cuenta de lo que estaba sucediendo.

La estaba llevando con él.

Aria comenzó a forcejear contra su agarre feroz mente, tironeaba con fuerza e intentaba pegar con su mano libre a Evans para que la soltara, incluso intentó patearlo en varias ocasiones, pero solo lograba estar a punto de perder el equilibrio y caer.

Solo había logrado que su brazo comenzara a doler, y no un dolor pequeño, si no uno que hizo que soltara un pequeño -pero todavía audible- gemido.

Sangre Pura #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora