Capítulo 23

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Capítulo veintitrés


-- ¿Se puede saber que está pasando? -- Ella preguntó en un susurro.


-- Hay intrusos cerca.


Evans tenía a Aria firmemente presionada contra su cuerpo, su pequeña espalda contra el fuerte pecho de él, y su brazo pasaba sobre su hombro y llegaba a su cintura como un fuerte cinturón que evitaría que pudiera alejarse y a la vez protegerla de cualquier cosa que pudiera atacar desde cualquier punto. Él recibiría el impacto primero.


Se quedó en esa posición durante unos segundos, escuchando atentamente a su alrededor para saber si alguien se encontraba cerca, listo para defender a Aria de cualquier amenaza. A ella la había alterado la manera en que Evans se había transformando de un chico relativamente normal, o un vampiro mejor dicho, a lo que parecía ser un guardia mezclado con una combinación de piedra y metal.


Después de unos segundos, cuando estuvo completamente seguro que no había nadie lo suficientemente cerca como para ser una amenaza, él comenzó a correr con ella entre sus brazos en dirección a su gran castillo.


Aria estaba asustada. Había sido testigo de la gran violencia y crueldad que los vampiros eran capaces de crear en un pequeño espacio. Guerreros de hierro rojo. Sin piedad y sin remordimiento. Y eso solo podía hacer que se asustara mas.


No peleó en contra el agarre de Evans o cuando él comenzó a correr sin previo aviso, simplemente ella tomó su camisa entre sus manos haciendo puños para sentirse un poco mas segura y cerró los ojos. Aria quería creer que él la protegería pasara lo que pasara y nunca la llevaría a su muerte o a un lugar peligroso, y ya que él nunca había hecho algo similar, para ella era mucho mas fácil pensar en eso.


Evans demoró un poco mas en llegar a su casa de lo que demoró en llegar a Aria. El peso de ella no era un problema porque era menuda. El drama fueron todas las ramas que tuvo que evitar para que no golpearan a Aria, por su parte, cuando él estaba solo no le importaba el impacto de estas como látigos contra su piel.


Él dejó a Aria sobre sus propios pies cuando había atravesado la puerta principal de su enorme casa. Ya no saldría de ahí por un rato, hasta que estuviera seguro que no había peligro cerca.


Y en esos momentos él no quería dejarla sola un solo momento y después de que Aria descubriera lo del espionaje pensó que dejar a la chica con Isabel o Hope tampoco sería una buena idea, así que tomó la última opción que le quedaba: Llevarla con él.


Evans tendría que ir a su padre para informar que había notado la presencia de un extraño cerca. El aroma que había captado indiscutiblemente no pertenecía a alguien de ese reino. Y había sido algo difícil captar el olor ya que no era reciente y el viento lo pudo haber eliminado. Evans, ahora con mucha mas calma, sujetó a Aria con una de sus manos alrededor de la muñeca de ella, no era mas que un agarre vago y leve, como si llevara esposas sueltas pero no lo suficientemente grandes como para poder zafarse.


Él la guiaba a través de la casa, recorriendo los grandes pasillos, doblando muchas veces en esquinas que parecían iguales para la muchacha, y las escaleras tampoco había una gran diferencia, y finalmente se detuvieron frente a una gran puerta que para Aria era igual para cualquier otra.

Sangre Pura #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora