Capítulo 31

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Capítulo treinta y uno.

Cientos de ojos fueron directamente hacia ella.

En ese momento Aria pensó que tal vez no había sido muy buena idea haber ido a ese lugar. No tenía idea de que debía hacer al estar de pie en ese lugar y las intensas miradas en su rostros no la ayudaban a elegir.

¿Ella debía salir de ahí o entrar a la habitación? Quedaba un asiento libre al lado de Evans y ella por un momento pensó que podría alcanzarlo pero no tenía suficiente confianza para entrar y recorrer algunos metros hasta llegar al asiento libre.

Era la misma habitación en la que había estado al desmallarse solo que ordenada de una manera diferente, ahora ya no existía una gran distancia entre Evans y su familia con los demás presentes. No había nadie muy lejos de ellos y absolutamente todos podían verla aunque de diferentes ángulos.

Aria se sintió un poco aliviada ya que parte de su cuerpo estaba oculto tras la puerta y solo se podía ver su rostro. Ella mantuvo sus ojos al frente pero sin hacer contacto visual con nadie, sus ojos estaban puestos en una ventana que se encontraba al otro lado de la habitación y tenía un diseño llamativo.

Evans se quedó mirando a Aria un poco sorprendido por que se encontrara en ese lugar. Él estaba seguro que volvería antes de que ella despertara y se perdería todo, la idea de que ella estuviera despierta antes también había pasado por su mente pero no pensó que ella se presentaría de esa manera -llenándolo se sorpresa- y tampoco que ella recordaría el camino a pesar de no ser tan complejo. La había subestimado.

Él pudo notar un brillo en los ojos de la chica y no pudo evitar preguntarse que significaba. Por un momento pensó que estaba llorando pero después se dio cuenta que no era así, era el reflejo de todos sus pensamientos y una llamada silenciosa de ayuda sin destinatario definido.

Evans creía que tal vez lo mejor para ella era permanecer lejos de esa reunión ya que le quitaría una gran cantidad de estrés pero ahora que se encontraba ahí no podía pedir que se retirara después de que todos vieron a la futura reina. 

A aquella reunión solo habían sido invitados personas reconocidas en el gobierno que ellos tenían, los mas antiguos y experimentados miembros de la corte junto con algunos miembros de las familias con mas poder e influyentes fuera del reino que ellos tenían. Para la Evans y su familia era conveniente tener una buena relación con todas esas personas ya que les permitiría seguir manteniendo un buen control en distintas zonas de influencias. Y a pesar de que cualquier decisión final recayera en los hombres de una sola pareja las personas se sentían bien al tener el derecho de decir su opinión.

Esa reunión había sido convocada en último momento por lo que habían algunas decenas menos de personas la que por diversas razones no pudieron estar presentes. Ellos hace poco habían comenzado a hablar y todavía no llegaban a tocar ningún punto importante por lo que Aria se enteraría de todo lo que podía inquietarla un poco en la opinión de Evans y podía no ser algo muy sano. El hecho de haber sido atacados solo era uno de los muchos puntos que ellos debían tocar.

Evans decidió no perder mas tiempo perdido en sus pensamientos y de un movimiento fuido y lleno de gracia se levantó de su asiento y fue directamente, con su cabeza en alto y con un paso determinado, en dirección a la chica que a sus ojos se veía como un pequeño perrito confundido y perdido a pesar de tener garras ocultas. Evans intentó que su mirada hablara para no dar una mala impresión a los presentes. Él tomó la mano de Aria en un agarre delicado y a la vez firme, para consolar y advertir al mismo tiempo y la chica captó el mensaje en el mismo instante. Él la guió para que ella entrar en la habitación y la soltó después de que la muchacha tomara el asiento que se encontraba libre junto a Evans.

Sangre Pura #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora