Capítulo 23

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Alcé la vista de los parales con ropa de bebes en la tienda a la cual había entrado con las chicas, Lucía tenía casi toda su canastilla a reventar de prendas maravillosas casi de diseñador para sus gemelas, no me imaginaba el hoyo en la cuenta bancaria de el pobre Nick dada a estas compras. Amelia, por su parte, estaba a unos pasos de mi en la sección de niños también pero de mayor edad, yo ojeaba firmemente entre los modelos de ropa para nene entre un celeste y azul rey, no terminaba de decidirme. Por alguna razón pensé en los lindos ojos de su papá y que le harían un guapo contraste con la ropita más oscura, tal cual un príncipe azul. "I'm a King"; reí en mis adentros "Si, esto suena a esos dos Vittore".

Giré de golpe y vi el reflejo de mi hermoso Fabrizio en el espejo detrás de la cajera, guiñándome un ojo al ver la prenda en mis manos. Di un salto atrás golpeando el paral y casi tumbando la ropa en ella. Lo busqué alrededor, pero tal cual apareció su rostro allí, con la misma desapareció.

Respiré profundo, calmando mi corazón acelerado mientras arreglaba el pie de paral, y las chicas miraban a mi dirección y luego entre sí, volviendo a lo suyo.

Saqué el teléfono celular, y le envié un texto simple "Estás en problema".

Tomé la tarjeta, y justo cuando iba a cancelar mi compra unos pequeños zapatitos con rostro de dinosaurio feliz, me enterneció la vista. Los ojeé, pero no parecían combinar con el atuendo que había elegido, y a la verdad me gustaba muchísimo.

Un nuevo texto hizo vibrar el teléfono en mi bolsillo, con uno de sus comentarios perturbantes. "Cómpralos también, el sello Vittore, recuerda"

Observé nuevamente alrededor, y luego cerré los ojos exasperada.

"¿Acaso me necesitas tener vigilada? ¿Y que si somos el calculo distinto y es niña?"

Guardé enojada el teléfono, caminando a la pared para niñas mayores, eligiendo una pijama de coronas para mi pequeña sobrina, de seguro le encantaría. Y reí aun más al darme cuenta que esta traía de accesorio una tiara. Bah, como si la necesitará para serlo aún más – pensé para mí riéndome. Una vez cancelado, esperé a las chicas – o más bien Lucía – terminara de escoger atuendos para las mellizas.

Un nuevo texto resonó en mi teléfono celular, y me desubico la respuesta "Aunque el calculo este mal, puede que también le gusten los dinosaurios"

Miré a la cajera, y ella a su vez miró a los lados por la mala cara que tenía decorándome como facciones adorables. Cerré los ojos, autocriticándome porque esa cara debía ser para Fabrizio, lastimosamente la cajera se atravesó en mi camino, que quede claro, ella, no yo.

Acaricié de vuelta los pequeños zapatitos de dinosaurio para pijamas, y con una respiración profunda, la deje caer en la cesta de compras, hasta el momento, Fabrizio jamás se había equivocada hasta el momento, así que no haría nada de mal no tenerlo en cuenta justo ahora.

- ¿Es... todo señorita? – Le miré, y no comprendía por cual razón ella me miraba de esa forma, era claro que la había visto feo, pero no era para tanto.

Rebusqué entre mis cosas y alcancé el monedero percatándome de el logotipo de empresas Vittore colgando de mi bolso.

Ahí estaba la razón.

Pero, eso significaba, que... o los trabajadores de empresas Vittore eran muy conocidos y recurrentes por acá... o, el mismo jefe encargado de ellas temporalmente lo hacía.

- Si, es todo, muchas gracias.

- ¿Desea chocolates de leche?, tienen un agradable relleno de crema de maní. Son gratis para... ciertos compradores, ustedes son empresa afiliada.

Saga Delucios 3: Magnate Atemporal (En Proceso)Where stories live. Discover now