CAPITULO 18: Verdades.

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(Haley)

—Si no lo veía, no lo creía —Lauren Davis me hizo un recorrido por todo el cuerpo, a lo que sentí que mi corazón iba a mil—. Un curioso cambio, cuatro ojos —esta me miró burlonamente.

Yo estaba pensando que Lauren era bipolar, o algo así. No respondí, ya que aunque sabía que esta esperaba que dijera algo no iba a seguirle el juego. Al fin soltó un suspiro.

—Ya me harté... ¿Qué relación tienes con los Ross? —la miré aturdida, y yo iba a hablar, pero me interrumpió—. Sé que alguna relación tenías con Tyler, y no me vengas con eso de que lo ayudabas en Literatura, porque no me lo trago, pero ese no es el punto —esta negó con la cabeza, cerrando los ojos. Yo cerré la boca, ya que me había visto en el funeral, no había excusa que decirle—. Ni me interesa, pero... ¿Ahora con James? No sé qué tramas, enana del demonio, pero si te cruzas en mi camino... —esta se acercó más aún hacia mí, con los ojos llameantes, hasta pensé que iba a tirarse encima de mí y agarrarme del cabello—. Sabes de lo que soy capaz, ¿no es así?

Asentí con la cabeza sin pensarlo dos veces, esta sonrió como quien ha ganado la guerra. Sabía a la perfección las atrocidades que les hacía Lauren a las chicas que estaban, por decirlo así, en su "lista negra". Y no quería formar parte de ella.

Justo en el momento en el que iba a echarme a correr de la abeja reina pasaron por mi lado los chicos del equipo, y para mi sorpresa muchos me saludaron sonriendo, bastante amigables.

—Haley, ¿cómo andas? —uno de ellos, del cual no podía recordar el nombre, pasó su brazo por mi hombro, acercándose bastante a mí—. Pero qué tenemos aquí... —este, al ver a Lauren, le hizo una reverencia, a lo que los otros rieron—. Lauren Davis, qué honor de tenerte enfrente de mis ojos.

Ella solo asintió con la cabeza, en señal de saludo.

—Nos llegó la invitación. ¿Tenemos que ir de traje? —dijo otro de ellos. Yo los miré sin entender de qué hablaban.

—Pues, ¿saben leer? Si no llegan de traje, pues no entran. Es una fiesta de etiqueta. Menudos críos —esta al parecer estaba cabreada con su presencia ahí.

—¿Qué vestido te pondrás, Haley? Para que combinemos —el chico que me había ayudado ayer con los cuadernos estaba a mi otro lado, quitándole el brazo a su amigo, posando el suyo.

—¿A dónde? —tartamudeé, mirándolos a todos, confundida.

—¿No la invitaste? —dijo uno de ellos mirando a Lauren, y al igual que los otros chicos, esperando una respuesta de su parte.

Esta se quedó pasmada, mirándome fijamente, y luego a ellos, una y otra vez. Al parecer no se tragaba que sus chicos estuvieran diciéndole aquello.

—En eso estaba, solo que ustedes, idiotas, me interrumpieron.

Los chicos rieron, pero Lauren ni se inmutó, mirándome fijamente. En eso, sacó de su cartera una tarjeta color crema, bastante elegante.

—El viernes es la fiesta de mi padre, me dejó invitar a amigos, para que vengas —esta me sonreía, pero sabía perfectamente que por dentro esto no estaba entre sus planes—. Espera, que voy a anotarte también mi número —abrió la invitación y escribió algo—. Ahí está —me extendió la mano y la tomé, algo confundida—. ¿No tenías una cita? Vas a llegar tarde.

—No —negué. ¿Una cita? En eso, noté que esta me pisó en el pie, nadie se dio cuenta, pero pude entender perfectamente la indirecta—. Oh, cierto. Gracias, Lauren. Adiós, chicos —me despedí naturalmente, a lo que esta comenzó a hablar con ellos, sin siquiera despedirse como lo habían hecho los chicos, echándome un vistazo rápido, solo para que notara que me odiaba.

Mi Ángel Guardián I : La verdad dueleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora