CAPITULO 22: Una mañana agitada

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(Tyler )

Ahora sí que estábamos perdidos.

James miraba a Haley con una expresión que no tenía ni idea de cómo describirla. En cambio, el cuerpo que tenía a mi lado, totalmente pasmado, ni siquiera abría la boca. ¿Qué hacer? Pues ni idea.

—Te dije que te callaras, ves lo que hiciste ahora —le culpé, algo desesperado por la situación.

Era cierto, me había percatado de una presencia junto a nosotros mientras hablaba con Haley, pero no le hice caso. Después de un rato, seguía ahí, así que la busqué alrededor y para mi sorpresa estaba James escuchándonos ahí parado hacía ya un rato. Estupendo.

—¿Qué mierda has dicho? —James al parecer fue directo al grano.

—Tengo que irme —se bastó a responder Haley, tomando un pasillo a su derecha, para no pasar al lado de James.

Yo volqué los ojos, la peor respuesta que podía haber dado era esa. James, sin dudarlo, la siguió, exigiéndole una respuesta, una explicación.

—¡Respóndeme en este mismo instante! —la alcanzó al segundo, tirando de su brazo y haciéndola caer al suelo. Ella estaba nerviosa y a la vez sorprendida. Ahí me di cuenta de que podía escapar de esta.

—Actúa, grita pidiendo ayuda —Haley ni me miró, pero pude notar que negó con

la cabeza, leyendo su mirada que decía que no iba a hacer algo así—. Hazlo, así te lo quitas de encima, es eso o contárselo. Te encontrará una loca demente, tú decides.

James seguía apretándole el brazo, con el rostro algo furioso, pero a la vez desesperado. Pensé que Haley iba a contárselo todo, pero, en cambio, se escuchó un chillido.

—¡Suéltame! ¡Quita tus manos! ¡Ayuda! —gritaba desesperada, hasta más aún de lo que me esperaba.

—¿Qué te pasa? —James la miraba entre horrorizado y pasmado, aunque no la soltaba tampoco—. ¿Te volviste loca? Para de gritar —le ordenó.

Haley no le hizo caso y siguió gritando, llamando la atención de los trabajadores, que al ver la escena de James agarrándola fuertemente y esta tirada en el suelo intentando desenfrenadamente que le sacara las manos de encima comenzaron a sacar a James. Lo tomaron de los brazos, y este furioso gritó que lo soltaran, mirando a Haley, pidiéndole ayuda.

—Señor, tengo que pedirle que se retire del restaurante o llamaremos a la policía.

—¿Qué? Haley diles que no estaba haciendo nada —le pidió totalmente pasmado, riendo burlonamente. Pero Haley no abrió la boca—. ¡Haley, diles!

Para mi sorpresa Haley estaba llorando descaradamente, desviando la vista de James, dejando ver una actuación perfecta. Los hombres se lo llevaron mientras James le gritaba a Haley que hiciera algo.

—¿Está bien? —le preguntó uno de ellos.

—Sí, sí, gracias.

Haley estaba enderezándose cuando Anna apareció en la escena. Al parecer había escuchado a lo lejos los gritos, y a un lado venía Paul y al otro Fernando, que se disculpó para ir a hablar con James. Sin dudarlo, lo seguí. Tenía que saber que iba a hacer James tras haber escuchado a Haley.

James luchaba para que se lo quitaran de encima, al parecer no quería rendirse, ya que corría a buscar a Haley, gritando su nombre. Pero nuevamente lo tomaban de los brazos.

En un momento dado, la situación se salió de control y James golpeó a uno de ellos en el rostro para que lo soltara, y al hacerlo se quedó quieto, mirando al camarero tirado en el suelo.

Mi Ángel Guardián I : La verdad dueleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora