CAPITULO 29: Ayuda

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(Tyler )

Después de que Aaron se despidiera de Haley, se fue directo a una casa que quedaba al otro lado del barrio alto, donde se encontraba la mía. Era parecida, aunque solo había una diferencia: mi casa era mucho más grande. Sonreí con orgullo y me adentré junto a él, esperando impaciente ver al maldito hijo de puta de Richard Grey.

Pero la suerte nunca estaba de mi parte. Aaron se bastó a subir a su habitación, y noté que la mía era mucho más grande. Tyler Ross: dos; Aaron Gay: cero. Él se tiró sobre su cama, donde conectó su iPhone a unos parlantes, y comenzó a sonar música. Tenía que admitir que no estaba nada mal, así que la disfruté mientras daba una vuelta por la habitación, soltando burlas y maldiciones hacia él.

Al poco rato, mientras Gay se pasaba tarareando como el estúpido que era, tirado en su cama pasando el rato haciendo nada, recibió una llamada a su celular, que paró de sonar por los parlantes, y él contestó, dejándolo por los altavoces.

—¿Cómo estuvo? ¿La besaste? ¡Que está buenísima, tío! —la voz era de un chico, parecía como cuando hablaba con Steve por el móvil.

Pero esto era diferente, ya que la chica de la que estaba hablando era Haley. Quería partirle la cara, al maldito hijo de puta, pero me resté a escuchar, ya que así podría saber varias cosas. Este soltó una risa egocéntrica.

—No es mi tipo. No sabes el mal aliento que tenía, no creo que vuelva a juntarme con ella.

—¿Mal aliento? Pues a la mierda. ¿Me la presentas?

—¡No! —gritó para mi sorpresa, sonando bastante sobreprotector.

¿Qué le sucedía? ¿Mal aliento? Solté una risa y relajé mis nudillos, ya que si Aaron no iba a seguir invitándola a salir por mí estupendo.

—No entiendo. ¿Es tuya o no?

—Lo es.

—Pero dijiste que no es tu tipo y que no vas a juntarte de nuevo con ella.

—Claro, pero eso también significa que nadie de ustedes la tocará —volví a fruncir el ceño—. ¿Quedó claro? Dile a todos los demás que el que se acerque a ella lo mato.

—Bien, ¿y la otra chica? ¿Esa nos la regalas?

—No, esa es mía. Pero dice que tiene una amiga, quizás te regale esa —el chico de la otra línea soltó una carcajada, a lo que Aaron también rio.

Yo no entendía muy bien de qué iba, pero sí tenía claro que Aaron no iba a seguir molestando a Haley, cosa que me alegraba mucho. Aunque sabía que algo sucedía, tenía el presentimiento que de Aaron escondía algo.

Entonces cortó con su amigo para luego llamar a otra persona, solo que esta vez, en vez de dejarlo en los parlantes, se lo llevó al oído. Parecía nervioso e inquieto.

—¿Estás ocupada? —fue lo primero que dijo cuando le contestaron la llamada—. Ya, es rápido. Tú solo escúchame y me respondes sí o no. ¿Bien? —me pegué al lado de Aaron para poder escuchar algo. Al aguzar el oído, pude reconocer que por la otra línea estaba hablando una chica—. ¿Lo encontraron? —yo maldecía por no poder escuchar lo que decían por el otro lado—. Tranquila. ¿Crees que dirá algo? —otro silencio—. Esperemos que no tengas razón, deja a ese y ándate con él, si llega a abrir la boca con lo que pasó no solo yo estoy frito, tú también —escuché unas quejas por el otro lado—. Vamos, eres una chica. ¿Ahora te preocupa lo que piensen? —yo me rascaba el cabello confundido, ya que ese "¿Lo encontraron?" me hacía dudar de si estaban hablando de lo que creía. No, no podía ser posible.

¿Por qué a Aaron Gay le importaría?

—Entiéndelo, él estuvo ahí, si abre la boca se hunde a él también.

Mi Ángel Guardián I : La verdad dueleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora