Capítulo 19: una pista

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Madame Pomfrey, acababa de poner a Draco en una de las camas de la enfermería. Estaba pálido con la cara ensangrentada. Las ojeras se le empezaban a notar, tenía un aspecto muy demacrado. Hermione estaba aterrada, nunca había visto a nadie así, ni siquiera a Harry. Parecía que la vida se le iba. No podía perder a nadie más.

Dumbledore, McGonagall y Slughorn se encontraban apartados de la cama, no querían obstaculizar. Los alumnos se agolpaban a la entrada. Había alumnos de todas las casas hasta de Gryffindor. Los Slytherin estaban preocupados por la salud de Draco, los Ravenclaw y Hufflepuff solo querían saber del estado del chico, estaban simplemente interesados. Y los Gryffindor tenían algo de preocupación pero por las represalias contra uno de sus alumnos.

Hermione iba a entrar pero alguien la sujeto por detrás y no la dejó entrar. Iba a revolverse para que la soltase, pero no lo consiguió. Quería verle, quería tocarle, quería escucharle aunque fuese hablar mal de los hijos de muggles, lo quería y lo quería vivo. Lo necesitaba. Él había rellenado un vacío que había dentro de ella y ya nada volvería a llenarlo de la misma manera.

-Todos fuera, dejarnos trabajar- gritó madame Maxwell echando a todos fuera.

Tanto los alumnos como los profesores salieron de la enfermería. Dejando trabajar, tanto madame Pomfrey como madame Maxwell andaban de un lado a otro con pociones y ungüentos.

-Ya habéis escuchado a madame Maxvell, todos a vuestras salas comunes- comentó la profesora McGonagall.

-Señor Snape, creo que debería prepararle a la señorita Black una de sus milagrosas infusiones- le recomendó el profesor Slughorn.

Hermione aún seguía conmocionada, no se daba cuenta de que de sus ojos salían lagrimones. Estaba temblando de pies a cabeza. Estaba muy preocupada por Malfoy. No podía perderlo ahora, no podía quedarse sin él, lo necesitaba. Cada vez que pensaba en eso se ponía peor, comenzaba a faltarle el aire.

-Cássidi, ven vamos.

Hermione no prestó atención simplemente se dejó llevar. Ni se enteró cuando llegaron a la sala común. Pero por lo menos había parado de llorar.

-Cássidi, tómate esto- le tendió una taza Severus quién la había traído.

Varios jugadores del equipo de Quidditch acababan de entrar. Se veían bastante molestos, furiosos. Iban hablando entre ellos.

-No me lo puedo creer- decía McFear, que tenía los puños apretados.

Madame Pomfrey le había dado una poción para la zona dolorida, donde le había dado la bludger de Sirius.

-Ni yo- comentaba uno de los cazadores.

-Al final, ¿cómo quedó el partido?- les preguntó un compañero de su casa. Debía ser de primer curso.

-Perdimos- comentó un miembro del equipo.

-¡Eso es injusto!- gritó otro Slytherin, de los últimos cursos.

-Y todo por culpa de Black- comentó el golpeador.

-¡Explícate!- pidieron varios alumnos.

-Black no solo le dio con el bate a Malfoy, sino que además le dio con la bludger a McFear evitando que este marcara. Si hubiese marcado hubiésemos empatado- explicó el capitán.

-Pero eso hay que anularlo. Cuando alguien es herido se para el partido y no solo no se paró sino que aún por encima ganan los Gryffindor-explicó un alumno de último año.

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