Capítulo 30: epílogo

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Me da mucha pena que se acabe, ha sido un pequeño camino que llega a su fin. Aunque todavía estoy publicando otra historia, me da pena que esta se acabe. Hace tiempo que le empecé a escribir y no creo que la vuelva a editar. Es el cierre de una etapa importante en mi vida, esta historia ha significado muchas cosas para mí.

Espero que disfrutarais tanto como yo. Mientras la he escrito,he reído, llorado y hasta sonrojado xD. 

Gracias por vuestro apoyo y por leerla, sin vosotros no habría seguido editando. 

Un saludo y os deseo lo mejor.


[...]

-Habían pasado cincuenta años desde que encontré la felicidad. Hogwarts había sido más que un colegio, era el sitio donde me enseñaron lo que es verdaderamente importante; la amistad y el amor. A pesar de haberme graduado con honores, lo más importante que me llevaba era el amor de mi vida.

-¿La abuela Hermione?

-Sí- le respondió sonriendo a su nieta.

Era su preferida, tenía la inteligencia de su abuela y su ingenio. Era la que más curiosidad tenía, pero sabía donde no meterse y como preguntar pero no ofender a nadie.  Con diez años superaba a cualquiera de sus primos, no era la primera vez que la veía usar magia a pesar de no tener ninguna varita.

-Ya te he contado como conseguí a tu abuela, ahora te contaré como nació tu padre y tu tío.

[...]

Acabábamos de salir de Hogwarts y tu abuela me hizo ir a conocer a su familia. Imagínate verme a mí en el mundo muggle, con todos esos cachivaches. Cuando llegamos a la estación, me hizo subirme a una cosa metálica con ruedas. No tienes ni idea de cómo me mareé. Mucho me duró el viaje, era las afueras de Londres.

Menos mal que su familia se portó amablemente. A pesar de que creían que era idiota al no conocer que eran y cómo funcionaban la mayoría de los aparatos muggles. Si te enamoras de uno, que tu abuela te comente todo lo que pueden hacer sin magia, se puede decir que es muy ingenioso.

Sus padres y sus abuelos fueron muy correctos, el problema eran sus tíos y sus primos. Estos salvajes, hacían sus travesuras sin que sus padres los detuvieran. Menos mal que me llevé la varita. Con los planes de tu abuela ten siempre una opción " b", siempre esconden alguna sorpresa.

Lo dicho, los primos de tu abuela, eran dos monstros. Eran dos mellizos de unos quince años, el chico era un bruto sin modales, pero lo más me llamó la atención fue la chica. Si el chico era un trol, la chica era el demonio.

A la hora de comer, Hermione se sentó a mi lado y la chica-demonio a mi otro lado. En cuento no me daba de cuenta la vuela de Hermione me llenaba el plato y por el otro lado, la niña me echaba sal y pimienta para todo un enjambre. Ya sabes como soy, ante todo soy un Malfoy. Por eso, acabé la comida a pesar de las advertencias de mi estómago. Tenía que haber visto lo que me deparaba el trol.

Cuando acabaron de tomar el postre (que yo rechacé) y los cafés se les ocurrió de ir a jugar un partido de una tontería con una pelota. Parece ser que todos los años las familias de la zona se reunían para jugar padres e hijos. Ya me dirás porqué tuve que ir yo, pero a tu abuela le hizo ilusión y allá fui yo.

Me hicieron ponerme unos pantalones cortos y camiseta asquerosamente igual al de otros, excepto por un número en la espalda. Yo me ofrecí a quedarme sentado, ya que éramos muchos, pero para mi desgracia me mandaron a jugar con el otro equipo. Cuanto me arrepiento de no haber fingir que me había hecho daño en una pierna.

Mira el pasado y verás el presenteWhere stories live. Discover now