XXXI.

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Mi única respuesta ante la escena que tenía frente a mí fue mantener mis ojos sobre Finn, cuya mirada no mostraba otra cosa que sorpresa. Y, si no le hubiese conocido y me hubiese creído todas esas palabras de que me quería y de que me lo demostraría, debería haberme sentido decepcionada pero no fue así, sonreí con pena mientras negaba la cabeza, apuntando aquello como un punto a mi favor en la lista de Sky siempre tiene razón.

—Sky...—Finn comenzó a hablar y fruncí el ceño, creyendo que de verdad se encontraba a punto de darme una explicación que le justificase por aquello, pero ni tenía que darme una explicación ni yo quería escucharla. Pasé a su lado dejando a Dallas aún allí y dirigí un nos vemos luego hacia los demás. Bajé por las escaleras y una parte de mí en el fondo sintió furia por lo que acababa de pasar, por Dallas actuando como un imbécil y por Finn demostrándome que lo seguía siendo.

—Eh, virgen, ¿dónde vas?—Escuché la voz de Axel por encima de la música y ni siquiera me sentí con humor para contestarle, pensando que estaría lo suficiente borracho como para ni siquiera saber en los siguientes segundos a quien acababa de hablar. Pero no fue así.—La última vez que lo comprobé, la fiesta estaba ahí dentro.—Axel me había seguido hasta fuera donde varias parejas se encontraban dándose el lote sobre los coches.

—Oh, lo sé.

—¿Estás bien?—Se acercó a mí cuando me senté en las escaleras del porche y se puso a mi lado.

—Sí, puedes volver dentro.—Le miré con una sonrisa, la cual me devolvió demostrando en esta todo lo alcoholizado que iba.

—No me vendrá mal algo de aire fresco.—Se sentó junto a mí y puso el vaso de alcohol a su izquierda.—Además, ni siquiera está siendo tan divertido.—Apoyé la cabeza en la madera de la barandilla de las escaleras y Axel me miró enarcando una ceja, expectante a que dijese algo.

—¿Qué?

—Estoy esperando a que me digas que ha hecho que Frígida Vane se vuelva más amargada.—Rodé los ojos ante aquel nuevo apodo y me encogí de hombros.

—Aquí va un consejo... Escribe todos los apodos en un libro o te acabarás olvidando de ellos.

—Mmm.—Se encogió de hombros después de fingir pensárselo.—Siempre podré inventar otros nuevos. Ahora en serio, Sky, ¿qué va mal?

—Dallas actuando como un imbécil.

—Sí, suele pasar a menudo.—Reí suavemente y le miré.—Dallas es un buen tío, pero bueno, ya sabes eso del yin yang, todo lo bueno tiene que tener algo malo.

—¿Y qué dirías que es lo de Dallas?

—Eso es algo que debes averiguar tú, no se supone que deba darte el camino fácil.

—Vaya, eso sí es ser un buen amigo.—Bromeé dándole con mi hombro en el suyo.

—Me supero cada vez.—Sonrió de lado y reí mientras negaba.

—Siento que no puedo fiarme de nada.—Dije mientras llevaba las manos a mi pelo, retirándolo hacia atrás.

—¿Quieres otro consejo?—Asentí para observar como Axel la daba un trago a su vaso.—No lo hagas. No te fíes de nada ni de nadie. Y el problema no es que todas las personas sean iguales, si no que no tenemos ni puta idea de buscar y elegir.

—Es raro porque estamos hablando de tu amigo.

—No me malinterpretes, quiero a ese hijo de puta, pero si yo tuviese una hija, créeme que alguien como yo no sería la clase de chico con la que querría verla, ni Dallas, ni tampoco Finn.

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⏰ Última actualización: Jan 13, 2016 ⏰

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