XIV.

13.8K 989 101
                                    

XIV.

Repítelo otra vez porque sigo sin creer que realmente me estés proponiendo algo así.

—Oh, vamos, Sky.—Finn presionó mientras se levantaba del balancín y se arrodillaba frente a mí.—Quiero que vengas.

—No voy a colarme en una casa para bañarme en su jacuzzi.

—Santa mierda, cuanto más lo dices, más atractiva me resulta la idea, además, ¿te has olvidado ya de nuestro trato?—Sonrió de medio lado, sabiendo que siempre daba mi brazo a torcer cuando se trataba de nuestro trato.

—Pero van a pillarnos, Finn.

—La señora Preston se ha ido de vacaciones durante una quincena al Caribe, no van a pillarnos.

—Olvidas que existe la policia y estaríamos llevando a cabo un allanamiento de morada, ya tienen mis datos registrados, Finn, no quiero acabar compitiendo contra ti, Dallas y Axel para llevarnos el premio de chico malo del barrio.—Sentencié mientras me cruzaba de brazos.

—El mejor rebelde del mes.—Me corrigió casi ofendido y rodé los ojos.

—Mismo concepto diferente nombre ridículo.

—No es ridículo.

—Lo es.

—No voy a discutir sobre esto.

—Porque sabes que llevo razón.

—Tú nunca la llevas.

—Cállate.

—Si vienes conmigo, venga, por favor, quiero ir y sería muy raro si se lo pidiese a Dallas o Axel.

—¿Por qué no se lo pides a Sav?—Pronuncié con cierta molestia mientras echaba mi cabeza hacia atrás apoyándola en el respaldo del balancín, no quería mirarle después de pronunciar esa frase.

—Porque quiero ir contigo, ¿por qué debería ir con ella?

—Ya sabes, tenéis ahora lo que sea que tenéis.—Volví a mirarle el cual seguía aún arrodillado ante mí.

—Sabrina no es nada mío, solo nos acostamos de vez en cuando, es entretenida.—Se encogió de hombros, restándole importancia.

—Es Savannah, Finn, por milésima vez.

—Savannah o Sabrina... No puedo encontrar la diferencia... Vamos, Sky, ella solo es una chica más de mi lista con la que repito hasta encontrar a otra.—Me reprimí un par de insultos ante ese comportamiento tan humillante y machista.—Tú sabes que estás por encima de esa jodida mierda.—Se sentó a mi lado nuevamente y pasó su brazo alrededor de mis hombros.

—¿Debería sentirme especial?—Pronuncié con cierto cinismo ante su arrogancia.

—Desde luego, eres mi favorita.—Susurró en mi oído como si fuese un secreto.

—¿Estás haciéndome la pelota para que ceda y vaya contigo?—Giré a verle enarcando una ceja.

—¿Está funcionando?—Golpeé su abdomen suavemente.—Pero sabes de sobra que es verdad... ¿Vendrás, Sky? Por favor.—Observé su rostro con mi expresión indiferente mientras Finn se esforzaba en poner su mejor cara de pena.

—Algún día harás que me encierren.—Me rendí y se lanzó a abrazarme.

(...)

—¿Te has asegurado de que no nos ha visto nadie?—Quiso saber una vez saltamos dentro del perímetro que rodeaba la casa.

—Puedo asegurarte que he mirado a todos lados cuatro veces por segundo.—Confirmé mientras Finn caminaba delante de mí hasta la parte trasera.

—Neurótica.—Masculló en susurro asegurándose de que yo lo escuchaba.

—Idiota.—Pronuncié y me miró de reojo.

—Estás agresiva.—Añadió burlándose ante mi insulto. Cuando llegamos a la parte de atrás, Finn forzó la cerradura de una pequeña caseta de madera dentro de la cual se encontraba el jacuzzi.—¿Qué excusa le pusiste a tu padre esta vez?—Preguntó Finn mientras se quitaba la camiseta y dediqué un par de segundos a examinar su bronceado abdomen.

—La casa de Savannah.

—¿A ella le dijiste que venías conmigo?—Ahora fui yo la que se quitó la camiseta mientras que mi mejor amigo iba a encender el jacuzzi para después quitarse los zapatos.

—No, le dije que saldría con Dallas.—Contesté y observé como la mandíbula de Finn se tensaba, sonreí.

—¿Acaso vas a intentar algo con él?—Indagó mientras quedaba en bañador y casi corría a meterse en el agua.—Mmm.

—No lo creo.—Fingí dudar, me había dado cuenta de que sus celos me eran demasiado divertidos.

—Suerte con ello.—Masculló y me metí junto a él en el jacuzzi mientras veía como cruzaba sus brazos colocándose a la defensiva a pesar de estar disfrutando aquello.

—¿Crees que podría tener algo con él?—De nuevo volvió a tensar su mandíbula, abrió la boca para decir algo pero lo siguiente que ocurrió fue su mano en mi cintura y su boca a pocos centímetros de la mía.

—¿Y tú crees que podrá hacerte sentir como yo?—Rozó sus labios con los míos y solté un suspiro sobre su boca mientras mi corazón se aceleraba intensamente.—¿Crees que el podrá hacer que tus pupilas se dilaten solo con tocarte?—Su mano fue a mi espalda y la acarició haciéndome estremecer, odiaba mostrarme tan débil ante él.—Dime que deseas besarle a él más de lo que deseas besarme a mí y pararé.

—Estás jugando sucio.—Observé como sus felinos ojos azules bajaban a mis labios para volver a subir a los míos. Tragué.

—Tú empezaste provocándome celos... —Su boca viajó a mi oído mientras pronunciaba aquellas palabras y mordió allí, robándome un jadeo que contestó con una suave y ronca carcajada.—Podría enseñarte tantas cosas... Me apasiona saber que soy el primer hombre que te toca.—Recorrió mi espalda con su mano para corroborarlo.—Que te siente.—Se hizo un hueco entre mis piernas pegando más nuestros cuerpos y el agua solo era un factor que lo hacía todo más excitante.—Que te besa.—Dejó un beso sobre mi cuello, para luego dejar un hilo de estos hasta mi mandíbula y frenó en la comisura de mis labios.—Solo dilo.—Sonrió de lado como siempre lo hacía.—Dilo y todo lo que has oído sobre la sensación de estar en el cielo te parecerá un simple cosquilleo comparado con lo que yo puedo darte, Sky.

Amén.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora