Cameron Dallas Imagines

40. Loco

Dedicado a AbyStyless, que me llenó las notificaciones con sus votos. Me alegró instantaneamente ♥ Muchas graciassss ♥

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—¡No, así no!—Cameron me susurró al oído entre risas. Ambos estabamos dibujandole la cara a Nash, quién estaba profundamente dormido sobre el sillón con la boca abierta. Pero Cameron, como el idiota que es, no podía contener su risa.

—¡Shhh!—dije tapando su boca para evitar que se siga oyendo su risa.

—¿Que cara...? ¿Que diablos hacen?—exclamó Nash abriendo sus ojos celestes y adormilados. 

No esperamos a que Nash procese lo que estaba sucediendo. Inmediatamente me levanté y comencé a correr. Corrí fuera de la habitación y pasillo abajo hasta salir de la casa, al patio trasero. Me detuve, pensando que Nash abría ido tras Cameron. 

Me equivoqué.

Lo vi salir por la puerta trasera y corría hacía mí.

Cameron apareció cerca de él, por lo que aproveché esa pequeña distracción y volví a correr lejos del recién-despierto-y-en-busca-de-venganza Nash.  VÍ como Nash agarró a Cameron y ambos cayeron al piso. Era como una especie de tacleo de futbol americano.

—¡Cameron!—dije riendo. 

—¡Corre!—dijo él de manera dramatica y divertida—¡Vete sin mí! ¡Corre! ¡Salvate tu!

Nash se levantó de encima de Cameron y te miró. Acto seguido, lo señaló y dijo:

—Dile a tu novio que deje de ser tan melodramatico—ambos lo miramos. Cameron yacía tirado sobre el cesped, fingiendo estar desmayandose o muriendose.

—Mi princesa—dijo en un suspiro casi sin voz. Nash rodó los ojos y sacudió su mano a modo de rendición.

—Iré a lavarme la cara—dijo derrotado y entre risas y entró a la casa. Me acerqué a Cameron y me crucé de brazos, mirandolo divertida. Tenía los ojos entrecerrados. Lo sabía. Veía un pequeño brillo entre sus pestañas.

—Cameron, levantate—dije con una sonrisa.

—Cameron no puede levantarse hasta que no reciba el beso de la chica bella—dijo él con los ojos cerrados. Al terminar de decir esa oración, sus labios formaron una pequeña sonrisa que aparentemente, trataba de disimular.

Me arrodillé a su lado y lo besé dulcemente. Cameron abrió los ojos y se levantó rapidamente de un salto. Parecía un niño energizado por los dulces. No pude evitar reírme por la manera en la que se levantó.

—¡Funcionó!—exclamó él con una bonita sonrisa.

—Estás loco.

—Tu me vuelves loco—respondió Cam acercandose y rodeandome por la cintura.

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