42. Bolas de nieve

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En el momento menos esperado, justo cuando está distraído, arrojas una bola de nieve en el trasero de Cameron. La nieve se esparse en una pequeña lluvia lateral a su alrededor y un circulo de humedad en el lugar del impacto se forma.

—¡Agh!—se queja Cameron. Se voltea y te mira sorprendido—Sabía que estabas mirando mi trasero—de cuclillas, forma una bola de nieve y te mira divertido. 

Una vez preparada su munición, se para y se acomoda su gorro, sin quitarte los ojos de encima.

—Mi turno.

Te arroja una bola de nieve, la cual esquivas rapidamente. Das una vuelta y ríes al ver que Cameron falló con su tiro. Al volver tu vista hacia donde estaba, él ya venía corriendo en tu dirección. Inmediatamente, empiezas a correr por todo el patio.

Cameron mietras corría te arrojaba bolas de nieve, la mayoría en tu trasero.

—¡Cameron, detente!—exclamaste luego de la cuarta bola de nieve impactando contra ti. Sin pensarlo, te detienes. 

Cam toma la oportunidad y te abraza por detrás. Pero por su velocidad y tu repentina detenida, ambos caen sobre la fría nieve. Ambos ríen y se sientan sobre la nieve.

Los ojos cafés de Cameron miran los tuyos y una pequeña pero bonita sonrisa se forma en su rostro. 

—Deja de hacer eso—dijiste mirando hacia abajo y luego a Cameron otra vez.

—¿Hacer qué?

—Eso con los ojos—respondes.

—¿Esto?—pregunta y cruza los ojos, haciendo una morisqueta divertida. Ríes por la expresión que hace y luego ambos caen en el silencio otra vez.

—Jamás me canso de tu risa, ¿lo sabías?

—Y yo no me canso de tus estupideces—respondiste. Cameron gira su cuerpo hacia ti y se cruza de piernas. Haces lo mismo, quedandote enfrentada a Cam. Él alza sus hombros. Tu alzas tus hombros. Él saca la lengua. Tu sacas la lengua. Cameron frunce su nariz y tu también la frunces. Al hacerlo, Cameron ríe.

—Vayamos adentro, mi trasero está más que congelado—dijo él levantandose. Extiende su mano enguantada frente a ti y la tomas. Te ayuda a levantarte de un salto. 

Sin soltarte, te acerca a él y te besa inesperadamente en los labios. El envolvente frío desaparece ante el tacto de sus labios. Sientes en calor subir a tus mejillas y una electrizante sensación que nace desde tus labios. Sus brazos te envuelven y te atraen más a él. 

Repentinamente Cameron corta el beso y suspira, chocando su aliento con tus mejillas.

—Eso fue por atacar mi trasero—dice con una sonrisa.

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Cameron Dallas ImaginesWhere stories live. Discover now