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Hace una hora Jade se había ido de casa de Helena y la castaña había llorado desde el momento en el que él había salido de su casa y es que no era para menos Jade luego de que se besaron la había rechazado otra vez

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Hace una hora Jade se había ido de casa de Helena y la castaña había llorado desde el momento en el que él había salido de su casa y es que no era para menos Jade luego de que se besaron la había rechazado otra vez.

—Helé yo lo siento, pero tengo novia —le había dicho—.
—descuida fue error mío —susurró—.

Por otro lado, Jade se había recriminado el haberle dicho semejante estupidez ¿él una novia?, hace más de tres años que no salía con alguien. Asumía que se había puesto nervioso y que le había mentido por eso, sin embargo, no volvió a casa de Helena.

Por curiosidad abrió un poco su ventana y pudo verla con el pelo enmarañado, sus ojos y nariz rojas por el llanto, se sintió fatal, sin embargo, no hizo nada más que cerrar la cortina y pensar en otra cosa.

Mientras que Helena no salió de su habitación en toda la tarde, pero su hermana de necia golpeaba la puerta una y otra vez.

—Laura quiero estar sola —le dijo muchas veces, pero ella seguía insistiendo—.
—ábreme la puerta por las buenas o por las malas —le había dicho su hermana mayor—.

Por ende aquí se encontraban forcejeando, una tratando de cerrar la puerta y la otra tratando de abrir la puerta, parecían dos adolescentes.
—Helé ya basta me duele el vientre —mintió su hermana, la castaña preocupada dejó de forcejear y abrió la puerta—.
—¿te encuentras bien?.
—perfecta —le dice sonriendo triunfante—.
—eres una tramposa —le regaña—.
—si lo que sea —hizo un ademán—.¿qué ocurre Helena?.
—nada es lo de siempre —murmuró—.
—Helena sabes que te amo, pero deja de comportarte como una niña ya tienes veintiocho años —la regañó—.
—lo sé, pero es inevitable, me siento inservible —le comentó—. no puedo darle un hijo a nadie porque soy infértil.

Lo que ninguna de las hermanas sabía era que Jade estaba escuchando desde su ventana.

—Helena ya basta de lamentarse —le dijo su hermana—. por favor ya basta —la abrazó—. ya no somos unos niños debes afrontarlo y dar vuelta la página.
—tienes razón —murmuró—.
—pero te conozco y sé que no es por eso por lo que llorabas —la acusó—.
—Helena suspira—. hoy besé a Jade, pero me rechazó, me dijo que tenía novia.
—Laura ríe— ¿Jade novia?, pero si él no tiene una relación hace ya bastante —le contó su hermana—. y creo que te mintió porque estaba nervioso.

Jade abre los ojos Laura lo había pillado y de seguro su hermano mayor tenía algo que ver, pero eso no era precisamente lo que le importaba, sino que Helena era infértil y él le había mentido.

—ya ahora bajaremos a almorzar —sonríe Laura—.

Helena después de la conversación con su hermana se había sentido mucho más animada, así que llamó a una amiga de la infancia.

—¿aló? —preguntaron desde el otro lado—.
—Charlotte —preguntó—
—con ella ¿quién habla?
—Char soy yo Helena Miller.
—¿Helena? —habló con emoción—.
—si —ríe—. ¿me preguntaba si estabas en casa de tus padres?
—si ¿por?
—es que estoy en casa de mis padres por las vísperas de Navidad y año nuevo —su amiga la interrumpe—.
—estaré en tu casa en cinco minutos —chilló—.

Helena subió las escaleras y se adentró a su habitación, se hizo un moño justo cuando el timbre sonó, bajó a paso apresurado y abrió la puerta donde se encontraba su amiga.

—Charlotte —la abrazó con efusividad—.

Su amiga le devolvió el saludo con la misma efusividad, hasta que la madre de Helena junto a su hermana mayor se asomaron desde la cocina.

—Char —hablo Berni—. ¿vienes a ver a mi hijo?
—no tía —se sonrojó—.
—espera un momento ¿estas con mi hermano? —sonríe la castaña—.
—algo así —ríe nerviosa—. ¿no estas molesta?
—claro que no.

Las chicas conversaron un tiempo más con la madre de la castaña y luego salieron de casa a dar un par de vueltas.

—¿qué piensas hacer? —le preguntó su amiga mirándola inhalar el humo de su cigarro—.
—nada —murmuró—. me iré en dos días más y conociéndolo no se atreverá a pasearse por la casa de mis padres.
—Jade no cambia —niega la rubia—.
—lo sé, pero ya fue —vuelve a ponerse el cigarro en los labios—. ¿cómo esta eso de que tú y mi hermano están juntos?.
—bueno es complejo, soy mayor que Gabriel por dos años, pero verdaderamente me gusta —suspiró—. cuando era adolescente nunca fue el típico mujeriego, era aplicado en clases, sabía hacer reír a las chicas, no era egocéntrico y tampoco machista —sonríe al recordar a Gabriel—.

Si bien Gabriel nunca fue mujeriego, las mujeres lo seguían por montones, ya que su pelo era castaño y crespo, sus ojos eran de tonalidad verde agua como los de su padre y tenía un cuerpo bien trabajado, pero tuvo muy pocas novias en la adolescencia.

—ha mi hermano nunca le faltó nada, tenía cariño de sus hermanas, tenía el amor de sus padres y ayudaba a mamá cada vez que podía —sonríe orgullosa de su hermano menor—. me alegro de que estén juntos —le sonríe a su amiga—.

Helena estaba orgullosa de la familia que tenía, estaba orgullosa de cómo sus padres la habían criado a ella y a sus hermanos. Su madre era cariñosa, pero imponía las reglas y el respeto al igual que su padre.

Las chicas siguieron hablando de cosas sin importancia, almorzaron en el mismo lugar donde días atrás Helena se había encontrado con su mejor amigo y daba gracias a que Ethan no estaba.

—¿qué pedirás? —le pregunto la rubia a Helena—.
—shapsui ¿y tú? —le sonríe—.
—yo pediré lo mismo pero de pollo —sonríe—.
—bien.

Esperaron a que los atendieran, pero algo hizo que la castaña dejara de prestar atención al guapo mesero y se fijó en una cabellera negra bastante particular.

—Helena el mesero te está preguntando desde hace minutos que quieres —la castaña miro al chico de cabello negro y le sonrió—.
—disculpa —se excusó—. quiero shapsui.
—descuida guapa —le guiña el ojo—.

El chico se fue y Helena volvió a mirar ha aquella cabellera negra, era Sarah y no estaba sola allí estaba Jade, la castaña se levantó al baño justo cerca de su mesa.

Por su parte Jade la pudo reconocer y se levantó enseguida sintiendo la necesidad de darle explicaciones.

—Helé —la llamó—. Helena —volvió a llamarla—.
—la castaña se giró—. ¿Jade? ¿Qué ocurre? —le contestó fingiendo estar sorprendida—.
—yo... -suspiró— no es lo que crees, es solo una amiga, nos encontramos aquí y —Helena lo interrumpió con una risa irónica—.
—mira Jade no tienes por qué darme explicaciones, tu y yo no somos nada y está claro que jamás lo tendremos —le dijo con firmeza—.

Helena había soñado toda su vida con que algún día ella y su primer amor se volverían a ver y estarían juntos, pero toda esperanza se perdió con el pasar de los años y para cuando se rindió Frank llego a su vida.

Ella confiaba en Jade lo conocía desde pequeño y si bien cambió un poco el seguía teniendo el mismo carácter que de pequeño, en la que no confiaba era en Sarah la novia de Ethan.

Ella confiaba en Jade lo conocía desde pequeño y si bien cambió un poco el seguía teniendo el mismo carácter que de pequeño, en la que no confiaba era en Sarah la novia de Ethan

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HOPE (EDITANDO)Where stories live. Discover now