Mi nombre es Alex y soy una cazadora de brujas
¿Saben que es lo irónico?
Soy una bruja.
Pero no esas brujas con berrugas gigantes y caras destrozadas.
No, eso ya es pasado y estamos en el siglo XXI.
Soy una chica de diecisiete años como cualquier ot...
—Muy bien. Ya hubo mucha plática.—dijo Andre aplaudiendo .—Alex dale la ropa de entrenamiento y que se cambie.—me ordenó
—Ven.—le dije fría y él me siguió
—Así que... Alex ¿Ese no es nombre de chico?.—preguntó con una sonrisa
¿En serio?
Suspiré
—Alexandra, tienes prohibido decirme así.
No se dijo ni una palabra más hasta que llegamos al inventario.
Tomé un conjunto de ropa de entrenamiento para hombre y se la lancé.
—Las duchas están a la izquierda, te veo en el centro de entrenamiento.—dije señalando las duchas y luego subí a mi habitación para cambiarme.
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Una vez lista bajé y me dirigí al centro de entrenamiento.
—Ya estiré.—dijo Mason con una sonrisa de satisfacción
—Bien.—hice una pausa.—diez largos, corriendo.
—No necesito entrenar tanto.—dijo como si fuera lo más obvio.
Si claro. A juzgar por el desempeño de hoy le faltan mejores reflejos y más resistencia.
—Ven.—le dije y caminé hasta el circuito
—Es simple. Tocas este botón, corres hasta la red, la subes, pasas por el puente que tiene los tablones flojos, saltas hacia las barras, cuando bajes tomas los dardos y los clavas en el pecho de los muñecos, luego escalas la pared, pasas por los rayos láser.—alzó una ceja.—tranquilo no te harán nada y luego tocas de nuevo el botón para detener el tiempo.—finalicé
Él presionó el botón y siguió las istrucciones que le di.
Por lo que observé necesita mejor puntería y cuidado con los rayos láser.
Tocó el botón y ambos miramos el tiempo.
00:15:57
Se puso a celebrar como si hubiera hecho un logro.
Wow. Los rumores son ciertos, los cazadores de Londres si son unos flojos.
Cuando me vió inmovil, habló
—¿Qué pasa?. Es buen tiempo.
—Sí, buen tiempo si quieres que te maten.-le dije cruzándome de brazos
—Dudo que puedas hacerlo mejor.—dijo con aire arrogante
Dios, juro que es una invitación a que me burle de él.
—¿Eso es un reto?.—pregunté acercándome
—¿Quieres apostar?.—respondió con otra pregunta acercándose a mi
