13. Niveles

12.3K 869 11
                                    

Había pasado ya una semana desde que Mason me ofreció la tregua y que al final terminé aceptándola por completo.

Flashback

—Mason.—lo llamé y él se detuvo antes de entrar a su habitación.

—¿Si?

—¿Al pedirme la tregua tú...?.—había ensayado esto frente al espejo, pero en ese momento se me olvidó la pregunta que iba a formular.

—De alguna forma, supongo.—entendía perfectamente a lo que me refería, y si bien la respuesta no era lo que yo quería escuchar, me conformé.

Fin del falshback

Las bromas habían quedado por completo en el pasado y por el momento el cuartel convivía en armonía.

—¡Dame los malditos cereales, cavernícola!—con ciertas excepciones, claro.

—¡Siempre te los comes tú!—gritó Alek como respuesta a la exigencia de James

—¡¿Qué diablos pasa aquí?!—Andre entró a la sala con el ceño fruncido y los labios apretados

—Este no me quiere dar mi cereal.—señaló a Alek

—No es tu maldito cereal, es de todos y tú siempre quieres ir primero.—se defendió

—¡Dámelos!—se abalanzó sobre él.

Mason, que había estado observando la escena desde una esquina del comedor, se acercó al dúo y se les unió intentando resolver su pequeña pelea.

Andre me dio una mirada que significaba que quería que yo parara todo este juego de niños.

Aunque esto era divertido de ver, tenía que hacer algo antes de que se lastimen.

—¡Eres un egoísta, James!

—¡Y tú un ladrón!

—¡Yo también tengo derechos!

—Derecho a callarte y darme mi cereal.

Tomé a James por el cuello de la camisa y lo jalé ahorcándolo un poco.

—Okay, okay.—dijo James para que lo suelte.

—Tú.—señalé a Alek.—Sírvete tu maldito tazón y luego dáselos a James.—El rubio iba a reclamar pero lo corté.—No hay discusión.

Se hizo lo que dije y desayunaron en silencio.

●●●

—Señorita Rude.—me llamaron y levanté lentamente mi cabeza de entre mis brazos.

Nuevamente me quedé dormida en clase.

No es posible ser una estudiante promedio, cazadora de brujas y niñera de tres adolescentes al mismo tiempo.

—¿Si?.—pregunté intentando que mi voz no suene tan adormilada, no lo logré ya que un pequeño bostezo salió al terminar ese monosílabo.

—Salga de la clase, por favor.—no me molesté en contradecirle. Además estaba demasiado cansada y no iba a prestar atención a la clase de cualquier manera.

—Disculpa.—le dije antes de salir.

Caminé, mas bien me arrastré por los pasillos casi vacíos hasta llegar a mi casillero y me dejé caer contra este para deslizarme hasta el suelo.

Cerré los ojos para dejarme llevar.

La última vez que estuve asi en mi casillero fue cuando...

Cazadora de brujasWo Geschichten leben. Entdecke jetzt