about vampires ー bangtan

#003: sobre padres primerizos e hijos rebeldes pt. 1

Yoongi nunca quiso ser padre. Yoongi ni siquiera sabía que los vampiros podían ser padres, pero ahí estaba él, con un bebé gigante de dieciocho años. Lo peor era que Jimin se había negado en ser la madre de su hijo y ser un padre soltero era peor que ser padre en sí mismo.

Yoongi aún podía recordar la fatídica noche en la que su vida se arruinó por segunda vez (la primera fue cuando lo convirtieron en vampiro). Fue unos pocos meses después de que comenzara una relación con Jimin y las cosas en realidad iban bien. Jimin temía que Yoongi lo mordiera, pero fuera de esas discusiones, tenían una relación estable. Yoongi no necesitaba un techo donde vivir porque, como vampiro, no necesitaba descansar, los bloqueadores solares para vampiros le ayudaban y gracias a eso podía vagar por las calles de Seúl sin preocuparse de horribles quemaduras y el compañero de Jimin, Taehyung, parecía confiar un poco más en él después de que cumplió dos meses saliendo con Jimin.

Las cosas le estaban saliendo bien y Yoongi se sintió agradecido, desde que lo habían convertido en vampiro, su familia lo renegó y lo echó de la casa. Había pasado un año de allí para acá sin saber qué hacer con su nueva e inmortal vida hasta que un día conoció a Namjoon, quien le ofreció su ayuda y le sugirió comenzar una carrera en la universidad, afirmando que había muchas becas para vampiros en situaciones como las de él. Yoongi jamás lo admitiría en voz alta, pero Namjoon había sido su salvador.

Sí, todo iba bien.

Hasta que conoció a Jeon Jungkook.

Fue en una pelea callejera. Yoongi iba de camino al departamento de Jimin y Taehyung para ver una película con ambos cuando oyó los quejidos que provenían de un callejón. Con la velocidad y agilidad propia de un vampiro, Yoongi se ocultó en las sombras para observar la situación y, si respirase, se le hubiese escapado el aire de los pulmones al ver que dos vampiros de apariencia joven golpeaban a un muchacho humano que sangraba. Tenía un moretón en el ojo y el labio inferior roto, estaba tirado en el suelo mirando con agonía a los dos vampiros, quienes se burlaban y se reían de él. Uno se acercó peligrosamente a su cuello, y sin previo aviso, lo mordió. El chico gritó de dolor y luego de unos segundos el vampiro se apartó con toda la boca roja y empapada. Sonreía con lujuria y miró al otro vampiro con complicidad, asintiendo.

Cuando el segundo vampiro se acercó para morder el otro lado del cuello del muchacho, Yoongi decidió entrar en acción.

Lo más probable era que terminara con un brazo mutilado o muerto, eran dos contra uno y sospechaba que las clases de autodefensa que Namjoon le había obligado a tomar en su primer año de universidad no le servirían de nada. Sin embargo, lo que había estado viendo se le hacía tan conocido que no pudo evitar sentirse responsable de la vida del chico.

Así mismo lo habían convertido a él. Acorralado en un estacionamiento a media noche, cinco vampiros asaltaron a Yoongi y mordieron su cuello hasta desgarrarlo. Las cámaras de seguridad captaron todo y a los pocos minutos llegó la policía, una ambulancia y un par de cazadores, pero el daño ya estaba hecho. Los paramédicos hicieron lo que pudieron con él. La única forma de salvarlo era convirtiéndolo.

—¿Quién eres tú? —inquirió uno de los vampiros cuando Yoongi salió de su escondite. Los dos vampiros que estaban atacando al chico humano se pusieron a la defensiva y le mostraron los colmillos a Yoongi, quien no se mostró asustado ni amenazado.

Dio un par de pasos hacia adelante y los vampiros se tensaron como un gato, gruñendo con los rostros manchados en sangre. La garganta de Yoongi escoció un poco, desde que salía con Jimin se había estado alimentando con sangre sintética que vendían en cualquier tienda que tuviera refrigerios y el aroma de la sangre fresca lo mareó.