#016: sobre mordidas y delirios

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Seokjin disfrutaba de golpear vampiros, aquello era de conocimiento general. Sin embargo, golpear humanos nunca había sido una tarea fácil. Tal vez se debía a que él había estado del otro lado del golpe, cuando fue débil y sus abuelos lo torturaban con horas de ejercicio y simulacros de luchas entre cazadores y vampiros. O simplemente era más humano que su familia.

Sin embargo, en este momento, después de haberle dado un puñetazo en la nariz a Jimin hasta hacerlo sangrar, llegó a la conclusión de que en realidad tenía un punto débil por el muchacho. Jimin estaba desesperado, y un hombre desesperado siempre era algo patético y admirable.

—Cinco minutos de descanso —anunció Seokjin y dejó a Jimin en medio del cuarto de entrenamiento con las manos sobre la nariz. Hoseok le lanzó una botella de agua a Seokjin, quien la atrapó en el aire, pero si era sincero, luchar contra Jimin ni siquiera le hacía sudar.

—Me duele ver esto —comentó Hoseok—. Deberías ser más suave con él.

—Estoy siendo lo más suave posible —replicó Seokjin y se sentó en el suelo, junto a su compañero, mientras observaban cómo Jimin se dirigía al baño para limpiarse la sangre—. No está hecho para esto —soltó cuando Jimin desapareció. Hoseok asintió con la cabeza sin mirarlo, con la vista enfocada en sus propias manos que sostenían un cuaderno con la información física de Jimin y la cantidad de veces que había sido golpeado de muerte en las peleas simuladas que hacían. Jimin llevaba cero puntos.

—Diría que le falta un poco de tragedia en su pasado, pero su mejor amigo literalmente era un psicópata con amnesia y problemas de personalidad que secuestró a su novio y a otro vampiro —Hoseok suspiró cansado al decir eso, y es que llevaban un mes sin saber sobre Kim Taehyung. No había pistas, no había información útil más allá de la confidencial que fue investigada por otra estación de cazadores, por lo que tampoco sabían mucho.

Sin embargo, no solo estaban cansados por eso. Los funerales habían durado una semana completa después del desastre que provocó Taehyung y aún había reporteros siguiéndoles los talones para preguntar sobre su incompetencia como cazadores. Habían permitido que un simple humano acabara con decenas de vida y solo sabían del culpable por las cámaras de seguridad, no porque hubiesen luchado contra él.

Sin duda alguna, este último mes había sido el más estresante y extraño que hubiesen vivido ambos cazadores, y cada uno lo sobrellevaba de distintas maneras.

Seokjin creía que si ayudaba a Jimin a entrenar podría conseguir algo. Hoseok se dedicaba a gritar menos, una faceta que solo adoptaba cuando había un caso serio.

—El problema es que Jimin simpatiza —sentenció Seokjin. Dejó la botella en un costado, sin siquiera abrirla—. Simpatiza con los vampiros y simpatiza con un asesino. Todavía le queda fe.

Jimin regresó pasados los cinco minutos, pero Seokjin no dijo nada. Dejó que descansara, de todas formas, no iba a hacerlo luchar más en lo que quedaba de noche. Lo más útil sería comenzar a enseñarle técnicas de defensa personal que le sirvieran en un futuro, y es que Seokjin comprendía los motivos de Jimin para querer pelear, seguramente quería ir en busca de su amigo y encararlo con la vaga ilusión de que todo se arreglaría si conversaban. Pero Seokjin no era estúpido, había visto de primera mano cuando regresó a su estación todos los cadáveres que Kim Taehyung había dejado a sus espaldas.

Si Jimin intentaba ir tras él sin saber cómo disparar un arma, estaría muerto antes de que alguien pudiera rescatarlo.

—¿Cuándo le vas a decir? —preguntó Hoseok de repente y Seokjin supo de inmediato a qué se refería.

about vampires ー bangtanWhere stories live. Discover now