#014: sobre encrucijadas y el infierno

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Jimin abrió los ojos, desorientado y adolorido. Su cabeza martilleaba y su brazo estaba aplastado por algo tan pesado que le dolía hasta el hombro por la posición en la que había quedado. Cuando su mirada se ajustó a las luces tintineantes del hospital, todos los recuerdos de la última hora vinieron de golpe frente a él. Jimin sollozó y escupió sangre.

Sobre su brazo estaba Namjoon. Estaba inconsciente y le faltaba una pierna, la que estaba a unos metros de ellos. No había tanta sangre como se esperaría de una situación como esa, excepto tal vez la de Jimin pegada y seca sobre su frente.

El aire se sentía pegajoso y olía a quemado. Jimin tuvo que hacer una fuerza extraordinaria para quitarse a Namjoon de encima y todo su cuerpo gritó de dolor ante el esfuerzo. Al final del pasillo había un pequeño incendio, nada más que unas llamas aisladas. Poco a poco Jimin comenzó a oír otra vez los lamentos de los vampiros, ahora sin alarma.

Sin embargo, lo que más le asustó fue encontrar en la pared unas letras pintadas con sangre. Había sido con la sangre de Namjoon, Jimin lo recordaba bien. A pesar de que se había convencido de que todo era real, de que Taehyung no era su mejor amigo, de que había algo siniestro en el chico que conoció en un hospital hace unos años, aún guardaba la pequeña esperanza de que las palabras en la pared fueran mentira, un producto del delirio que estaba viviendo.

Pero estaban allí.

"ABRAXAS".

Jimin no tenía idea qué significaban, pero Taehyung las había dicho una y otra vez mientras golpeaba a Namjoon, mientras golpeaba a Jimin, las dijo cuándo le arrancó la pierna al vampiro y las dijo antes de irse sin sonreír. Como si estuviera poseído. Pero Jimin sabía, él estaba seguro de que, lo que había tenido al frente, había sido el verdadero Taehyung.

Se levantó con dificultad. Las rodillas le temblaban del miedo y del cansancio que había significado pelear por su vida, aunque Taehyung no lo lastimó tanto como a Namjoon. Tal vez aún era conciente de que, si hería a Jimin, lo asesinaría, aunque sinceramente no sabía si esa era el verdadero motivo del por qué no arrancarle un brazo o perforarle la garganta con la pata de una silla. Taehyung había hecho un desastre en el hospital, lastimando gravemente no solo a Namjoon, sino a que enfermeras, médicos y a los pacientes. Podía imaginar la sangre cayendo por los ojos de los vampiros y sus voces delirantes diciéndose que todo había acabado.

Jimin deseaba que, por el bien de todos, de verdad fuera así.

—¡Tú, ¿estás bien?! —exclamó alguien, apareciendo de la nada con un extintor en mano. Iba vestido con una bata blanca y tenía grandes ojeras bajo los ojos, además de labios rojos. Rojos, oscuros y frescos. Jimin se detuvo en el mismo instante en que reconoció la sangre en la boca del vampiro y no se atrevió a asentir o a negar. El vampiro no le hizo caso, se acercó al fuego y abrió el extintor para apagar las llamas—. ¿Tú le hiciste eso? —inquirió de pronto, apuntando a Namjoon cuando el fuego se apagó por completo. Aún tintineaban las luces del pasillo y el vampiro lucía más serio ahora que veía a un compañero herido.

—N-no —balbuceó Jimin y negó repetidas veces con la cabeza. Iba a agregar que solo era un simple humano, pero la sangre en los labios del vampiro seguía allí y detenía a Jimin de no decir comentarios estúpidos que pudieran poner su vida en riesgo.

—¿Oh? ¿Seguro? Porque no veo a nadie más aquí —espetó el vampiro y lanzó el extintor lejos, haciendo un sonido terrible cuando chocó contra el suelo. Jimin dio un paso hacia atrás, pero una de sus piernas dolió y su rodilla se dobló, cayendo al suelo sin darle oportunidad de escapar.

El vampiro se le quedó mirando desde su lugar con una mezcla de curiosidad y superioridad, una actitud que todos los vampiros parecían portar en sus facciones.

about vampires ー bangtanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora