#018: sobre hadas imaginarias y desmayos múltiples

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Cuando Jungkook tenía seis años, una vez conoció a un hada. No era pequeña como en las historias y tampoco tenía alas, pero tenía los ojos más bonitos que Jungkook hubiese visto en su corta vida y todo en ella indicaba que era un ser mágico.

Fue en el parque que quedaba en medio del camino entre su casa y la escuela. Su madre le había dicho que no se detuviera en el parque y que fuera directo a clases esa mañana, una muy atareada en que la mujer tuvo que marcharse una hora antes al trabajo. No había nadie más que cuidara de Jungkook, y a pesar de que no era la primera vez que caminaba solo hasta su escuela, eso no evitó que su madre le repitiera miles de veces que caminara sin mirar a nadie y que no hablara con desconocidos.

Pero Jungkook era solo un niño, uno que odiaba las clases. Así que igual se detuvo en la entrada del parque y miró hacia todos lados para asegurarse de que no hubiese ninguna vecina vigilándolo desde las ventanas ni compañeros que fueran de camino con sus padres. Fue muy lento hacia los columpios y cuando estuvo seguro de que todavía era muy temprano para que aparecieran más niños, en especial los chicos grandes de secundaria que golpeaban a los más pequeños, sin quitarse la mochila Jungkook comenzó a balancearse. Movió sus piernas hacia adelante y hacia atrás por unos minutos, mirando el cielo gris que amenazaba con lluvias para ese día.

Cuando empezaron a caer suaves gotas sobre la nariz de Jungkook, recordó que no había traído un paraguas. Tuvo la vaga tentación de devolverse para colocarse las botas de agua y su impermeable amarillo que su madre le había comprado hace unas semanas, era un día perfecto para estrenarlo. Pero cuando Jungkook vio hacia la calle junto al pequeño parque, ya había algunos niños arrastrando los pies hacia la escuela. Así que Jungkook supuso que era demasiado tarde para regresar. Quizás qué rumores inventarían sus vecinas si lo veían entrar a su casa después de haber salido, podrían decirle a su madre que estaba escapando de clases otra vez y se ganaría un castigo.

Con la idea de evitar ese imaginario castigo, Jungkook bajó del columpio, chapoteando en los charcos de agua y lodo que se estaban formando sobre la tierra, y emprendió otra vez la marcha hacia la tortura. Sin embargo, cuando pasó junto a la resbaladilla de hipopótamo, fue cuando vio al hada.

Estaba oculta bajo la curva cóncava que se formaba en el juego, en el estómago del hipopótamo, y el hada estaba sentada aferrando sus rodillas contra el pecho y sin apartar la mirada del suelo. Tenía el cabello y la ropa empapada, más que Jungkook, y el cabello húmedo se le pegaba sobre la frente y las mejillas. Pero sus ojos estaban al descubierto y brillaban con un azul claro como en las fotografías del mar caribeño que su madre tanto veía en las revistas.

Ni Jungkook ni el hada se movieron. Él se quedó mirándola con curiosidad y asombro, y ella estuvo allí, inmóvil y etérea. Jungkook despertó del ensueño cuando oyó los gritos de un grupo de muchachos que se acercaban al parque. No eran niños, eran altos y llevaban el uniforme de una escuela para chicos grandes que quedaba a una cuadra de su primaria. Así que ante el pánico de que lo vieran indefenso y lo agarraran como saco de boxeo, en vez de correr en la dirección contraria para llegar a tiempo a clases, Jungkook se escondió en el estómago del hipopótamo, tomando al hada desprevenida.

—Por favor, no me delates —susurró Jungkook y el hada no hizo nada salvo mirarlo. Pero, para sorpresa de Jungkook, los ojos del hada poco a poco fueron cambiando de color hasta tomar un color miel muy cálido. Jungkook abrió la boca sorprendido e iba a apuntar con un dedo el rostro del hada para preguntarle cómo había hecho eso, pero cuando levantó el brazo alguien lo agarró con fuerza y lo sacó de un salto de su escondite.

—¿Qué haces ahí, enano? ¿No estás muy pequeño para saltarte las clases todavía? —inquirió una voz burlona y Jungkook levantó la mirada. Se encontró con un chico de preparatoria y una sonrisa socarrona, y a los segundos fue rodeado por tres adolescentes más que estaban fumando y comiendo. Uno de ellos tiró del brazo del hada también y la zarandeó.

about vampires ー bangtanWhere stories live. Discover now