#011: sobre infancias negligentes y heridas prematuras pt.1

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Taehyung no siempre fue un niño difícil. Incluso, en algún momento durante sus primeros años de vida cuando aún no sabía ni hablar ni reconocer las críticas que los adultos lanzaban a su alrededor, intoxicando el aire de manera natural en un ambiente que debía haber sido festivo y afectivo, sus padres creyeron que no sobreviviría a los entrenamientos básicos.

A diferencia de sus hermanos mayores, tardó más años en aprender a caminar, no se comunicaba bien con las personas y parecía tener un dialecto especial con los perros guardianes de la familia. O con cualquier animal que se le acercase. Mientras que la mayoría de los humanos que se acercaban a esos perros salían con una mordedura o con un trauma, Taehyung se las había arreglado para acariciar sus cabezas y besarles las narices como si fueran cachorros y no animales de caza.

Al principio, su padre vio eso como una ligera ventaja al historial médico que vendría después. Si Taehyung no tenía las aptitudes físicas para defenderse, entonces contaría con la ayuda de los perros si es que era necesario. Sin embargo, su madre no pensaba de manera tan positiva. Ella estaba dispuesta a sacrificar a su propio hijo y arriesgarse con otro embarazado con tal de traer a un buen descendiente para la familia.

Y es que la familia Kim, desde siempre, había sido una familia de cazadores. Todo el mundo lo sabía.

Taehyung no tuvo una infancia sencilla. A pesar de que, contra todo pronóstico, sí sobrevivió al entrenamiento básico de todo cazador de familia (correr, una dieta estricta, horarios inhumanos y una competencia eterna e infernal contra sus hermanos mayores, quienes eran mejor que él en todos los sentidos, con los que tenía más de diez años de diferencia), las defensas de su padre no fueron suficientes para abatir al torbellino en que se había convertido su madre. No era ningún secreto que las mujeres eran las líderes en cuanto a estrategia y educación familiar, pero la señora Kim no podía aceptar a Taehyung. El niño sonreía demasiado, era afectivo, amable y lloraba contra su almohada cada vez que alguien le gritaba o lo sorprendía haciendo algo normal en sus tiempos libres, como jugar con la pelota o haciéndose amigo de los hijos de los empleados.

Con los años, Taehyung se dio cuenta de que jamás tendría la aprobación de su madre, y aunque al principio aquel pensamiento lo angustió, aprendió a sobrevivir con el. Aún tenía a su padre, quien parecía tener un lugar especial para Taehyung en su pecho.

Sin embargo, los problemas iniciaron cuando Taehyung tenía catorce años. Fue en la época en que su hermano mayor, Jihoon, murió en una cacería. Alguien les había dado información errónea sobre un grupo de vampiros que se suponía eran débiles y poco organizados, una pandilla de vampiros jóvenes que no controlaban sus impulsos. 

Jihoon había aceptado el trabajo como si fuera una invitación a una boda aburrida. Se preparó en la mañana, desayunó junto a la familia y luego se fue al trabajo prometiendo una noche de entrenamiento con Seyun y Junghan, sus otros hermanos. Era una costumbre familiar ignorar a Taehyung en cualquier actividad que involucrara sus vidas como cazadores, habían aceptado hace tiempo que su hermano menor estaba destinado a ser la mancha de la familia y que probablemente llevaría una vida común y corriente como cualquier ser humano mediocre.

Taehyung esperó en su cuarto a que Jihoon regresara. Aunque no le dejaran participar de los entrenamientos, al menos podía observar sin que le dijeran nada. No obstante, su hermano jamás llegó, y para cuando anocheció su madre ya había enviado a dos grupos de cazadores para asesinar a cualquier cosa que se les cruzara en el camino.

Regresaron a la mañana siguiente. De los dos grupos solo quedaron cinco sobrevivientes. Jihoon volvía en una bolsa de basura, o al menos las partes que pudieron rescatar de él.

Esa noche quemaron los restos en el jardín. Esa fue la primera vez que Taehyung vio a su madre conmocionada. No llevaba el cabello atado, ahora su frente estaba expuesta y se notaban las arrugas de los años y las canas rebeldes. Su ropa de cazadora se había convertido en un vestido negro y largo, el cual mantuvo por unas cuantas semanas hasta que se recuperó del shock y decidió que mataría ella misma a cualquier vampiro involucrado en la matanza de sus subalternos y de su hijo.

about vampires ー bangtanWhere stories live. Discover now