Rolling In The Deep

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Cuando por fin me atreví a visitar a la tía Penny, realmente no es mi tía, pero su madre y mi madre eran buenas amigas desde la infancia.

Estaba en camino ya. De echo faltaban unas cuantas manzanas para llegar. El taxi se detuvo frente a la hermosa casa de ladrillos. Pagué el taxímetro y vi como el hombre se marchaba, mientras desaparecia bajo las aceras de Brixton.

Estaba muy ansioso, no la veía hacia ya mas de ocho o nueve años, ni siquiera estoy seguro. Caminé hacia las pocas escaleras que daban a la puerta, las subí y me quede parado frente a la puerta de madera, el vidrio al centro de ésta, dejaba ver con poca nitidez lo que habia adentro. Podía ver el vapor salir de mi boca, hacía frío ahi afuera; los guantes y la bufanda de lana no eran de mucho apoyo para aquel saco de algodón.

El frío me entumía los dedos a de los guantes, sentía el hielo endurecer mi rostro, era: entrar o morir de frío. No me congelaría en el intento.

Dejé mi maleta a un costado y me aventure a tocar el timbre. Sonó un rítmico sonido, el cual fue respondido unos segundos después.

La puerta comenzó a crujir; abrían la puerta; por fin la manija dio vuelta y la puerta se impulso hacia adentro.

Unos ojos miel, me dieron la bienvenida acompañados de una sonrisa. No sabia quien era, ni siquiera pude recordar si conocía a alguien así, pero estaba seguro que la recodaría de inmediato si así fuera.

-Hola, soy Philip Front.

Dije con una sonrisa, tratando de no tambalearme del frío.

-Hola Philip, dime ¿qué necesitas?

La mujer me miraba a los ojos, empece a recordarla, ¡esos ojos! que me miraban con ternura para después apretar mis mejillas con cariño. Al parecer no me reconoció por la bufanda que tapaba la mitad de mi cara.

-¡Tía Penny! -Me lancé a abrazarla y ella me correspondió el abrazo sin saber aun quien era. Me separé de ella y baje mi bufanda para que viera mi rostro. Se quedó mirándome con asombro, después dio un gran grito de alegría y me abrazó.

-¡Pero si es mi pequeño Phil! ¡Mírate, como has crecido! Pasa, pasa que hace frió aquí afuera.

Me dio el pase y camine hacía adentro. Un fragante aroma a café inundó mis fosas nasales y lo exhalé para hacer el olor mío.

-Gracias tía.

-¡No! No agradezcas nada, pasa, siéntate, esta es tu casa, ya vuelvo iré a preparar mas café.

Estaba sorprendido de lo veloz que la tía Penny hablaba, a pesar de eso era muy amable y linda. Comencé a moverme por la sala, había fotografías y reconocimientos por doquier, pero no me preste a fisgonear.

De pronto un sonido comenzó a endulzar mis tímpanos. La perfecta sinfonía de una canción a piano enamoraron mis oidos cual doncella. No pude evitarlo, la música corre por mis venas y ademas mueve mi mundo entero.

Una voz comenzó a acompañar aquel piano. La voz me encantó de inmediato. No sabia que pasaba, pero era como un embrujo que hacía que mi cuerpo reaccionara sin mi consentimiento. Mis pies se abrieron paso a lo que mis oídos recibían. Incluso mis ojos se cerraron. El sonido estaba guiándome cual ciego amante de la música que era.

--Should i give up, or should i just keep chasing pavements even if it leads no where, or would it be a waste even if i knew my place should i leave it there. Should i give up or should i just keep chasing pavements even if it leads nowhere.

Llegué a una puerta. No lo dudé, ni siquiera pensé en mis modales para tocar la puerta. solo gire la manija con los ojos cerrados y al abrir, el sonido se detuvo y abrí los ojos de inmediato.

-¡Hey! ¿Qué haces aquí?

Una hermosa mujer rubia de ojos espectacularmente verdes mi miraba con incredulidad.

-Yo, yo, solo quería, solo quería ver quien, tocaba, tocaba el piano.

Tartamudee de la manera mas estúpida que jamas lo había echo. Ella me intimido de inmediato. No sabia ni como me había metido ahí.

-¿Quién eres?

Dijo la hermosa mujer acercándose a mi.

-Me llamo Philip, Philip Front.

Respondí sin poder dejar de mirarla.

Levantó una ceja y me miro aun mas incrédula.

-Bien Philip, yo soy Adele Adkins y estas en mi estudio.

Quedé mas que fascinado. Ella era mas que hermosa, jamas había visto una femina tan perfecta en mi vida. Y con hermosa voz y talento en sus manos con las teclas de aquel piano de cola.

Me perdí.

No tenía ni la menor idea de quien era, solo sabia su nombre: Adele Adkins y esa hermosa mujer se había adueñado ya de mi alma con solo verme con esos perfectos ojos y escuchar mi nombre en esa divina voz.




HELLO IOù les histoires vivent. Découvrez maintenant