Someone like you

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>Narra Phill

Había corrido medio kilómetro, estaba agotado cuando llegué a menos de 10 metros de la casa de Mark Evans.

Había un coche negro fuera de la casa y un hombre que guardaba algunas cosas en el maletero.
Pude ver a una mujer de cabello castaño dentro del auto, se veía desesperada, cuando por fin volteó hacia el lado donde yo estaba pude ver que era Adele atrapada en el auto.

Necesitaba sacarla de ahí.

Corrí hacia el otro lado de la calle quedando detrás del hombre que estaba muy ocupado guardando maletas dentro del maletero.
Tomé la roca más cercana a mi y caminé con sigiloso silencio hacia el hombre.

En serio tenia miedo, pero tenia mas miedo de que algo fuese a pasarle a Delly.

Corrí y con el impulso de mi velocidad , impacté la roca en la nuca del hombre.

Calló al suelo sin hacer ruido y comenzó a sangrar exageradamente ahí tirado en el suelo.

Sin pensarlo dos veces tomé las llaves del bolsillo de su pantalón y corrí hacia la puerta del piloto del auto. Me subí y encendí el auto.

-¡La gran mierda! ¡Phill estas aquí!
Gritó Adele tratando de abrazarme.

De pronto Mark salió de la casa y vio al hombre tirado en el suelo lleno de sangre y después me vio a mi sobre el auto.
Sacó un arma de su bolsillo y apunto al auto comenzando a disparar.

Besé la mano de Adele y le dije que abrochara su cinturón y se quedara atrás.

Una de las ventanas se destrozó por el disparo y Adele comenzó a gritar.

Aceleré y comencé a conducir sin rumbo.
Tenía miedo de que Mark usara otro de sus autos y comenzara a seguirnos, pero eso no ocurrió porque nos alejamos demasiado rápido como para que alcanzara a seguirnos.

>Narra Adele

Llegamos a Stockwell, uno de los barrios mas pobres de Londres, no me sentía mal por estar en un lugar así, en cambio me sentía como en casa.

Phill conducía sin hablar, parecía muy alterado y solo cuidaba el retrovisor para cuidar que nadie nos siguiera.

-Phill... ¿Hacia dónde vamos?
Decidí decir para romper el hielo y terminar con la tensión.

-Necesitamos escondernos, ese maníaco nos estará buscando hasta por debajo de las piedras, en menos de una hora van a haber muchos hombres corpulentos buscándome para matarme y a ti, para hacerte daño, y no, nunca voy a permitir eso.- Me sonrojé y me vio a través del espejo y sonrió volviendo al camino. -Iremos a un lugar a pedir estadía, diremos que somos pareja y venimos de Australia y paseábamos por el lugar cuando nos asaltaron y sólo tenemos 137 libras para un hospedaje, ¿va?

-Claro, entendido.
Afirmé.

*******

Llegamos a un pequeño lugar de apartamentos y una agradable señora de unos 60 años, fue muy amable al darnos una habitación por tres días solo por 137 libras.

Subimos las escaleras hasta el segundo piso donde estaba nuestra habitación.
Él no me hablaba, parecía muy estresado, yo no estaba tan asustada, debo aceptar que me sentía a salvo y feliz solo por estar a su lado.

Se sentó en la única cama que había en la habitación y me senté a su lado.

-Gracias... En serio no se que hubiera sido de mi si no hubieras llegado... Ese loco me hubiera matado solo para desaparecerme, no quiero ni pen....

Mis palabras fueron pausadas por sus labios sobre los mios.
Me tomó de la cintura y me pegó a su cuerpo ardiendo en calor.
Lo tomé de la nuca para apretar mas nuestros labios y sin darme cuenta, subí una pierna sobre él para quedar sentada en su regazo mientas continuábamos ese beso.

Comencé a desabrochar la camisa que llevaba y quedó desnudo su torso.

Desabrochó el vestido y desprendió la horrenda peluca de mi cabeza; quedé sólo en ropa interior mientras él estaba en pantalones.
Deslizó sus manos por mi espalda hasta llegar a mi trasero y lo apretó con fuerza al mismo tiempo que sus labios se comían mi cuello: no pude evitar gemir y jalar el cabello que había en su nuca.
Cuando menos lo pensé, ya se había desecho de mi sostén y apretaba mis pechos con fuerza mientras yo trataba de evitar gemir como una loca.

Me giró en la cama, quedando sobre mí. Me besaba el cuello mientras una de sus manos jugaba con mis pezones erectos y con la otra introducía sus dedos dentro de mí.
Estaba gimiendo mientras mordía mis labios y le rasguñaba la espalda.

Abrió mis piernas y se desabrochó el pantalón.
Un segundo de silencio me invadió cuando fui emboscada lentamente por su miembro dentro de mi.
Entraba y salía demasiado despacio. Estaba sufriendo, necesitaba más y se lo imploraba a gritos.
Comenzó a ser mas constante y violento con las penetraciones.
-¡Mierda Phill!- Gritaba en sus oídos mientras enterraba mis uñas en sus omoplatos. -No pares.
Rogaba para no cesara y fueran aun más fuerte.

De pronto paró y bajó su cabeza hasta mi entrepierna. Separó mis labios mayores y comenzó a jugar mi clítoris con su lengua.
Era demasiado. Estaba en llamas. Iba a explotar.

-Me encanta cada parte de ti Adele.

Dijo para continuar introduciendo su lengua en mi vagina.

-Mierda, voy a venirme.

Sin poder controlar mi cuerpo, estaba en el climax, mis piernas temblaban sin parar y mis manos apretaban las sabanas con toda la fuerza existente en mi ser.

Estaba presa de ese hombre, nada existía mas que ese momento icónico en mi vida.

Estaba presa de ese hombre, nada existía mas que ese momento icónico en mi vida

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