First Love

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>Narrador

Las ventanas estaban frías, empañadas por la respiración de media hora de aquella mujer de corazón roto y alma vacía.
La tinta de aquella pluma y el cuerpo de aquel papel, darían vida a aquella sinfonía que era sólo de ella, no de su mente, ni de su corazón: venía desde su alma.

>Narra Adele

¿Dónde estás? ¿Porqué te has ido esfumando cada ve más de mi mente?
Tal vez encontraste a alguien mejor. Alguna chica francesa de piernas largas y cintura milimétrica, tal vez te dio su amor y todo lo que yo no pude darte.
Me siento tan estúpida por amarte y creer que alguien tan increíble se fijara en alguien como yo.
Pero es hora de resignarse y entender que ya no importa, hay mil millones de personas y no importa si es poca la probabilidad: encontraré a alguien como tú.

>Narra Phill

-Señor Front, la señorita Blaster está en la sala de espera, impaciente por hablar con usted, ¿la hago pasar?
Decía Mia, mi secretaria personal, una mujer de 32 años con el alma el la mirada por algún motivo.
-Claro, que pase.
Dije poniendo mis gafas en el escritorio.
-Entendido señor Front.
Mia se dio la vuelta y antes de que cerrará la detuve.
-Mia.
-¿Si señor?
-Disculpa mi torpeza pero, ¿a qué se debe la vista de la señorita Blaster? Pensé que no tenía citas hoy.
Mia miró su libreta para responder. -No las tiene Señor.
-¿Entonces porqué a venido?
-Al parecer la envió el señor Rougger.
-¿Rougger? ¿el jefe jefe?
Mia se rió y continuó: -Si señor, ella tiene una carta firmada por el señor Rougger, donde pide que la atienda.
Me quedé pensando un segundo y después le dije que la hiciera pasar.
Mia salió y tardó un minuto en volver con una chica rubia de ojos azules y sonrisa enorme.
Me puse de pie para saludarla: -Señorita Blaster, soy Phill Front, un gusto conocerla, tomé asiento.- La rubia tomo asiento y cruzó las piernas hacía la izquierda. -¿Desea tomar algo? Lo que pida, lo tendremos... es una cortesía que ofrece mi oficina.
Sonrió y recargó los codos en el escritorio.
-Usted sabe a que se debe mi visita ¿cierto?
-Realmente no...
Respondí confundido a la pregunta de la rubia.
-Mi nombre es Michelle Blaster y soy abogada del señor Evans.
Mis pulmones expulsaron todo el aire dentro de ellos y el calor comenzó a subir a mi cabeza.
-No quiero ser grosero, señorita Blaster, pero no me interesa ninguna negociación que tenga algo que ver con el señor Evans.
Me puse de pie y ella también lo hizo. Luego comenzó caminar rodeando el escritorio hacia mi.
-Tengo entendido que a usted no le queda más que escucharme y obedecer las órdenes que yo le dé.- Puso sus manos en mis hombros, podía ver sus uñas largas color negro. -Solo escuche lo que le diré... el señor Evans por medio de mi, desea que usted eliminé cada letra de información que exista en esta disquera y que mal influence en las demás el nombre de la señorita Adele Laurie Blue Adkins... de lo contrario, yo como su nueva jefa temporal, tengo el poder de despedirlo para siempre de esta empresa y quitarle hasta la más mínima posesión que pueda haber ganado aquí.- Quitó una de sus manos de mi hombro y tocó mis labios con ella y después acomodó mi cabello. -Ambos sabemos porque ocurre esto... y a pesar de que no lo conozco... algo me dice que si cumple con su trabajo, usted y yo nos lleváremos muy bien.
-Sabe Señorita Michelle... hoy en día sólo hay un hombre capaz de darme órdenes y su nombre es Morgan Rougger, dueño de esta disquera y mi único jefe directo; y no creo que una chica guapa y rubia vaya a cambiar mi lugar en esta jerarquía, el cual me he ganado en estos años y hasta que el mismo señor Rougger me despida, yo no haré una mierda.- Quité su mano de mi hombro y señalé la puerta. -Así que le agradecería si se retirará y le dijera al señor Evans que me limpio el culo con sus jodidas intenciones de dañar a Adele.

HELLO IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora