Turning Tables

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Desperté sin abrir los ojos, la cabeza me retumbaba como unos grandes tambores; traté de abrir un poco los ojos y la tenue luz de la tarde fue de ayuda para que no me cegara de nuevo. Me senté en la cama y observé a mi alrededor, estaba en la misma habitación que me asignó mi tía Penny.

Intentaba recordar que me había pasado, luego la imagen del puño de Adele sobre mi cara inundo mis pupilas y comencé a reírme como loco. Era muy gracioso, esa mujer me había dado tan duro en la cara que me había desmallado. Esa solo fue una lección de no meterme con Adele Adkins.

La perilla de la puerta comenzó a girar lentamente, para que después la puerta empezara a abrirse. Pude ver una de sus manos acompañadas de sus largas uñas pintadas a color gris, empujar con silenciosa y tierna fuerza la puerta.

-Hola... ¿Puedo pasar?- Dijo la mujer de divinos ojos verdes y rubio cabello. Asentí en silencio y se dispuso a caminar hacía mi, para después sentarse a un lado mio en la cama. -Siento... haberte golpeado en la cara.

No había terminado de decir lo anterior cuando ya estaba riéndose de mí.

-¿Qué pasa? ¡¿De qué te ríes?!- Continuó riéndose y entre sollozos y carcajadas apuntaba a su nariz y después a la mía. -¡¿Qué le pasa a mi nariz?!- Ella seguía carcajeándose, toqué mi nariz y sentí una leve punzada de dolor, me levanté y caminé al espejo que estaba frente a la cama. Al mirar mi reflejo me sorprendí; mi nariz estaba hinchada y debajo de mis ojos estaba muy morado. -¡Me rompiste la nariz! ¡Dios mío Adele! 

Mi voz era muy graciosa en ese momento. En lugar de sentir enojo o molestia, era algo muy divertido, esa mujer era increíble.

Me lancé de nuevo sobre ella y comencé a tratar de sostenerle las manos para que no me golpeara de nuevo.

-Suéltame o te rompo la nariz una vez más.

Decía riéndose mientras luchaba contra mí para soltarse, solo que esta vez no iba a dejar que me hiciera perder la conciencia. -No lo permitiré esta vez mi hermosa señorita.- Continuábamos luchando, yo trataba de sostener sus manos a los lados de su cabeza sin ningún motivo aparente, pero yo quería hacerlo y lo haría. -¡Mira como me has dejado!

-Ya eras feo antes de que te golpeara, creo que te he mejorado.

-¿Osas burlarte de mi después de esto? 

 Dije señalando mi nariz hinchada y mis ojos morados.  

-Ohm... Sí.

Por fin logré que sus manos quedaran a los lados de su cabeza y con mucha fuerza los sostuve allí. 

Luego, sin ningún motivo me quede mirándola, y después ella me miró a mi también. Empezamos a cruzar miradas; cambiamos las risas por una seriedad divina, llena de algo que no sabría interpretar, pero me encantó la sensación.

-¿Te digo un secreto?- Pegunté.

-Dime.- Respondió.

-Tienes los ojos más hermosos que jamas en vida había visto.

-¡Oh! ¿En serio?- Dijo abriendo los ojos lo mas posible. -Pues gracias.- Luego en un violento giro, ella quedo sobre mí y comenzó a hacerme cosquillas. -¡Pero ahora conocerás la venganza de Adele Adkins...!

Suplicaba que no me hiciera cosquillas porque en serio la odio, pero mis suplicas fueron inútiles. Luego de unos segundos de lucha, se detuvo. Se puso de pie y me hizo una señal para que la siguiera.

Me puse de pie de inmediato y comencé a seguirla. -¿Qué haremos?- Pregunté con complicidad. 

-Quiero divertirme y tu me ayudaras.

Luego llegamos a un armario y se puso un largo abrigo negro y me dio una chaqueta para que me la pusiera; la miré con desconcierto y ella me dijo que guardara silencio.

Ya que estábamos abrigados, me tomó de la mano: Una electricidad recorrió todo mi brazo hasta llegar a mi corazón, haciendo que se acelerara.

Al llegar a la puerta, tomó unas llaves con la misma mano con la que abrió sigilosamente la puerta. La mire y ella a mi; su mirada tenía un toque de picardia, lo cual me emociono. Sabía que con ella me iba a divertir en serio.

HELLO IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora