Parte 2

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Estamos conduciendo a Kansas City para el partido y escuchando la radio deportiva. Hay mucha especulación sobre el hecho de que la carrera de Mark Conway en el fútbol ha llegado a su fin, debido a las concusiones, y que va a retirarse pronto.

  Si eso es cierto, voy a estar feliz por Danny, pero también me siento mal. No quería que Danny saliera de esa manera, teniendo una concusión que le pusiera fin a su carrera. Quiero que se retire en un momento de gloria. Necesita una lluvia de confeti cayendo sobre él, sus fans gritando, y levantando el trofeo del Gran Tazón sobre su cabeza por la tercera vez cuando anuncie su retiro.

Danny me llama. Realmente debe estar nervioso.

—Hola. ¿Qué sucede?

—¿Recuerdas aquel día después del baile, cuando hablamos en la hamaca? —pregunta.

—Por supuesto, ese fue el día en que me dijiste que si salíamos arruinaríamos nuestra amistad.

—¿Recuerdas lo que me dijiste?

—No realmente. —No recuerdo exactamente todo lo que dije ese día.

 —Me dijiste que tengo grandeza en mí. Que he estado haciendo lo que siempre quise y lo que debía hacer.

—Oh sí, la charla de fútbol. Recuerdo eso. Pensé que estabas refiriéndote a lo que había dicho acerca de nosotros. Ya sabes, cuando me rompiste el corazón.

Danny se ríe.

—Los dos sabemos que no rompí tu corazón.

 —Sigo diciendo que lo hiciste. Ahhh, el que se me escapó. —Me río y le doy un guiño a Phillip. Él pone los ojos en blanco.

—Jay. De vuelta al fútbol.

—Oh, lo siento.

—¿Te acuerdas de cuando perdimos el juego contra Texas? Tuve dos intercepciones, y la prensa, quien la semana anterior pensaba que era la reencarnación de Cristo, me tiró debajo de un autobús y decidió que estaba sobrevalorado.

—Sí, lo recuerdo. Apestó.

—Me dijiste que parecía como si no estuviera divirtiéndome. Ahí fue cuando dejé de divertirme, y todo el equipo lo hizo también. Recuerdo que te grité ¡NO BROMEES! Porque, ¿cómo podría estar divirtiéndome cuando estaba tratando de correr por mi vida? Pero cuando vi la grabación del juego, me di cuenta de que tenías razón. Cuando comencé a desmoronarme, el equipo se vino conmigo. Me dijiste que era como el capitán de un buque hundiéndose. Que si dejaba que el agua llegara a mí, también llegaría a mi tripulación. Que tenía que ser el líder. Decirles que no importaba, que el agua era buena para el barco, y que nosotros llegaríamos a tierra. Me dijiste que tenía que liderar mi ofensiva, pero estar en calma durante la tormenta. Que si no estaba seguro, tampoco lo estarían ellos.

—¡Guau! Fui realmente solidaria, y por lo visto, soy una muy brillante motivadora en deportes. Debería estar en ESPN, sin duda.

Phillip se ríe en el asiento de al lado. Danny se ríe también.

—No te lo tomes tan a pecho. También solías decir: a la mierda. Es sólo un partido. Dile a Phillip que también gana puntos por hacerme entrar en el patio de atrás y jugar al fútbol.

—Se lo diré, pero sólo si me das puntos extras por llevarte al bar.

—No estoy seguro de que eso haya sido la cosa más inteligente.

—¿Entonces por qué estás llamando? ¿Necesitas un poco de motivación antes del partido?

—Tal vez.

I Guess I DoWhere stories live. Discover now