Parte 30

1.6K 76 3
                                    

Martes 9 de Enero

Ayer por la noche, Phillip sostuvo mi cara entre sus manos y me miró directamente a los ojos. Fue un poco desconcertante al principio, pero luego me besaba, pasaba sus manos por mi cabello y me decía una y otra vez lo mucho que me amaba.

 Y yo no diría que tuvimos relaciones. No diría que tuvimos sexo. Diría que, por primera vez en mi vida, realmente puedo entender la diferencie entre tener sexo y hacer el amor.

Porque estoy bastante segura de que eso fue lo que hicimos.

Al igual que casi toda la noche.

Lento, tierno, increíble.

Phillip entra al dormitorio con tazas de café en la mano.

Me sonríe. —Me encanta lo que llevas puesto.

 —Phillip, estoy bastante segura de no estoy usando ninguna maldita cosa.

—No puedo dejar de reír.

Porque estoy completamente desnuda.

La culpa es mia.

 Él pone su dedo suavemente sobre el mío y levanta mi mano izquierda hacia arriba, así que puedo ver que escabulló el anillo de compromiso de vuelta a mi dedo mientras dormía.

 Sonrío la que puede ser la sonrisa más grande de mi vida. —Me gusta lo que estoy usando, también.

 Se sienta en la cama junto a mí y sostiene mi mano en alto. —Quiero que le eches una buena mirada a este anillo. Este anillo no tiene nada que ver con la boda, nada que ver con nuestros compromisos, nada de eso. Este anillo significa una cosa. Que te amo. Prométeme que sin importar qué, sin importar que peleemos, sin importar como sin esperanza se puedan sentir las cosas, que mirarás este anillo y sabrás que cuando amas a alguien, eso es todo lo que realmente importa. Que siempre vamos a resolverlo juntos.

—Lo prometo —susurro mientras lo tiro de nuevo a la cama conmigo.

***

Entramos en la oficina del Pastor John. Aprieto la mano de Phillip con fuerza. Estoy preparándome mentalmente para una gran pelea.

 No nos sentamos en sus estúpidas sillas. Nos quedamos frente a su

escritorio y rápidamente tomamos turnos para decirle todas las razones del por qué no nos importa una mierda lo que él o cualquier otra persona piense.

 —Sabemos que todas nuestras respuestas son diferentes —dice Phillip mientras arroja nuestros cuestionarios sobre su escritorio.

—Y sabemos que podemos resolver nuestros conflictos con el sexo —digo.

—Y sabemos que pasamos demasiado tiempo juntos.

 —Y sabemos que no somos perfectos. Tal vez seamos un poco desordenados.

 —Pero cuando usted nos pone juntos, somos una buena combinación —dice Phillip.

 —Y nos amamos el uno al otro —digo—. Profunda y apasionadamente. Y no nos importa lo que usted o cualquier otra persona piense. Nos vamos a casar.

El Pastor John se recuesta en su silla y aplaude tres veces lentamente.

—Bravo. Bravo.

Me enojo instantáneamente. —¿Bravo?

 —Esto no es un acto. Estamos hablando en serio —dice Phillip. También está molesto.

 —Sé que lo están —responde el Pastor—. Y no se muevan. Quiero que ambos recuerden este momento para siempre. Como se siente. Los dos. Mano a mano. Luchando contra algo que crees que está tratando de separarlos. Estaba interpretando un poco al abogado del diablo. Y honestamente, después de la semana pasada, la forma en que argumentaron, su lenguaje corporal, no pensaba que lo lograrían. Pensé que había que suspender la boda. Lo que ustedes van a enfrentar en la vida va a ser mucho más difícil que enfrentar lo que han hecho conmigo. Mi trabajo es tratar de prepararlos para eso. Recuerdo el funeral de tus padres, JJ. Fue lo más difícil que he hecho en mi carrera. Tenía la misma edad de tus padres, y recién había salido de la escuela cuando casé a los tuyos, Phillip. Hice amistad con ellos. Mirándolos a ambos crecer. Estaban tan orgullosos de los dos.

I Guess I DoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora