Parte 4

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Sábado 16 de Septiembre

El Pastor John está sentado detrás de su escritorio cuando entro. Se pone de pie para saludarme. Tiene la misma edad que los señores Mac. No es tan alto, pero lo que le falta en altura, lo compensa en actitud. Realmente es un gran tipo y hace que ir a la iglesia sea a la vez una experiencia divertida y de aprendizaje. Él nos bautizó a Phillip y a mí, nos enseño en nuestras clases de confirmación, llevó a un grupo de nosotros a un viaje misionero, un verano, y fue realmente agradable cuando mis padres murieron. He conocido al hombre toda mi vida.

Me abraza y dice—: Así que Phillip y tú estáis comprometidos.

—Sí, usted estuvo en nuestra fiesta de compromiso —le digo mientras me siento en una de las dos sillas de cuadros azules delante de su escritorio.

Se sienta en la silla de detrás de la mesa.

—Tengo curiosidad, ¿dijiste no en el escenario sólo por el efecto dramático?

—En realidad no. Estaba pensando en decir que no. Le dije que iba a decir que no.

—Me preguntaba eso. Sus padres le dijeron a todo el mundo que te lo pediría en la cena y que cuando te vinieras abajo, significaría que habías dicho que sí. Noté cuando subió al escenario contigo que había puesto el anillo en tu dedo. Creí que ya lo había hecho antes.

—Y lo hizo. Le dije que sí en la cena, pero me enfadé con él cuando me enteré de que era una fiesta de compromiso.

—¿Por qué?

—Estaba de acuerdo en que aún no se lo contaríamos a la gente.

—¿Por qué no querrías contarle a la gente esa buena noticia?

Pongo los ojos en blanco.

—Pastor, usted sabe que nos comprometimos en nuestra primera cita. Usted ha estado casando gente durante mucho tiempo. ¿Alguna vez ha visto algo así?

—En realidad, no. Eso es parte de la razón por la que quería hablar contigo. Pero antes, dime por qué dijiste que sí.

—Eso es fácil. Dije que sí porque lo amo. —El Pastor asiente—. Y no hay nada por lo que deba preocuparse. No estamos apresurando las cosas. Tendremos un laaaargo noviazgo.

—Ya veo —dice.

Parece frustrantemente evasivo. Creía que estaría de acuerdo en que era una buena idea.

—¿Piensa que eso es malo o algo así?

—No estoy aquí para juzgarte, JJ.

 —¿Entonces por qué estoy aquí? ¿Por qué quiere hablar conmigo? Sé que comprometerse en la primera cita es un poco inusual, pero será una gran historia para algún día contársela a nuestros hijos.

—¿Te gustaría que tus hijos hicieran lo mismo?

—Bueno, no, pero conozco a Phillip de toda la vida. No es como si lo acabara de conocer.

—Sí, pero ser amigo de alguien es diferente a tener una relación. Quiero decirle, ¡Maldita sea, es cierto!, el sexo hace que sea mucho más divertido. pero no lo hago. Estoy en la iglesia. Y el infierno no suena muy divertido. Sólo era una idea.

Él dice—: Seré honesto contigo. Los padres de Phillip están un poco preocupados por esto.

—¿Habla en serio? La señora Mac sigue insistiéndome en organizar la boda.

—No es la parte de la organización, ni el hecho de que te vayas a casar con su hijo. Te quieren. Sólo están un poco preocupados de que nunca hayas abordado la muerte de tus padres y tienen miedo de que pudiera afectar a tu futuro con Phillip.

I Guess I DoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora