Millionaire: un Amor Imposible #2 [EDITANDO]

VI

Capítulo 6: ¡Son mis amigos!

Bella

No me importa.

No. Me. Importa.

O no debería importarte.

¿Qué sentido tiene que me afecte ahora?

Pues lo hace. Joder, que sí lo hace.

Sé desde hace mucho que todo lo que sale de Oliver son mentiras, mentiras que consiguieron enredarme en una red de la que fue difícil salir. Como la de que me quería. ¡Mentira! Que quería formar una familia conmigo. ¡Otra mentira! Que si se casaba alguna vez solo sería conmigo. ¡Mentira, mentira, mentira! Tampoco debería sorprenderme que haya tenido hijos con su esposa, para ese es el papel del matrimonio, ¿no? Engendrar hijos y aparentar la gran familia que son. Todo un cuento de hadas.

Eva debe estar salivando como si se tratase de un filete bien jugoso. Al final, su hijo favorito, pudo redirigir su camino hacia un destino mejor y no tuvo que conformarse con la pobre, interesada y bruja secretaria que solo iba tras su dinero. Supongo que las arpías creen que todos son de la misma condición. Ahora entiendo el que se lleven tan bien ella y Margaret. Son tal para cual.

Sé que esto no debería importarme. A fin de cuentas, no somos nada y yo lo he superado con Sean quien le da mil vueltas en todos los aspectos. Me ama por lo que soy, quiere a mi hija como si fuera suya y me ha dado alas cuando otros intentaron cortármelas. Es el hombre de mis sueño. Atento, cariñoso... Un gran partido que ayudó a que me olvidara de cómo era estar en los brazos de Oliver.

Sé que al final después de tanto repetirlo podré escuchar su nombre sin ponerme a temblar. O a pensar en él junto a Elda y no sentir un hormigueo en la boca del estómago. Solo necesito un poco más de tiempo y distancia. Regresar a Charlottesville será lo mejor.

Acelero el paso llevando de la mano a las dos niñas por las escaleras de la estación de metro. Tengo la leve sospecha de que, si me quedo más tiempo ahí, aparecerá gente indeseable y prefiero evitar el mal trago. Nos subimos en el último vagón sentándonos cerca de la puerta. Aisha sobre mis rodillas y Lottie a mi derecha.

—¿Tía? —Me llama con la cara seria. —¿Estás enfadada conmigo?

—¿Enfadada? —Pregunto extrañada. —Claro que no, cielo. ¿Por qué piensas eso?

Lottie se mira los zapatos y mueve su pie cuando habla.

—Es que te ves igual que mi mamá cuando hacía algo mal y me gritaba —al levantar la cara veo que sus ojos están húmedos y mi corazón se va encogiendo, viendo que está a nada de llorar—. Yo no quiero que te enojes conmigo. Seré buena, lo prometo.

Los latidos se disparan cuando veo a Aisha bajar de mi regazo para sentarse al lado de su prima. Le rodea con sus bracitos y le deja un beso en la mejilla. Tiene tan interiorizado lo que hago con ella cuando está asustada o se ha hecho daño que no duda en hacerlo con su prima. Me siento muy orgullosa de ella.